Como ya dije en el pre derbi:
“No era día de venganza, sino de vuelta a la normalidad”.
Y así fue.
Lo fue por una afición que es respetada y que ha de ser respetada por los incrédulos. Por los imbéciles de esta ciudad, mandatarios de tres al cuarto, que eligen cuando es guasa y cuando no lo es.
Lo fue por los que no se marchan 15 minutos antes.
Lo fue por un escudo que es orgullo de Andalucía.
Lo fue por Carmen, esa pequeña que en la previa paseaba feliz con sus papis vislumbrando un futuro de ‘hoja y laurel’ como muchos hemos vivido.
Lo fue por unos tíos y un entrenador que mueren los unos por los otros.
Y lo fue por los que dedican peinetas a gradas imaginarias.
Lo fue por el tonto del pan y la abuela feliz con un empatito.
Lo fue porque en Sevilla, el tiempo pone las cosas en su sitio.
Lo fue porque el eterno inferior es Sevilla fuera de España y nosotros el “jodido” Sevilla FC.
Lo fue porque siempre que escupen hacia arriba les cae en el ojo.
Lo fue por el de la botellita y las risas sobre una agresión a un compañero.
Lo fue por Jordán, siempre en mi equipo.
Lo fue por el ingeniero. Ese que si se queda sin hormigón le faltan huevos para dar la cara, pero le sobran lágrimas para contar historias de abuelete.
Y lo fue porque lo normal es esto, que sea así.
Señores, lo fue…lo fue porque siempre, nunca olvidéis esto, vais a ser el sparring de nuestro Sevilla FC.
Y ahora a intentarlo otra vez, que cada 15 años ya sabemos que alguna os cae de vuestro lado …si suceden cosas raras.
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