Mirando hacia ti, te veo maltratada por el tiempo. Resentida, rota por el saqueo. Mirando en ti, husmeo acercándome a paso lento, con un leve coqueteo. Mirando por ti, recreo tu corazón latiendo y tu aliento. Tus ansias, de penas, aireo. Lo que se rompe, roto está, pero hay que intentarlo arreglar.
Mil y una aventuras a las espaldas donde nuestra sonrisa picarona nos acompañaba, victoriosa y desprendida.
Mil y uno estrechos cruzados; mil y un barco derrotados y hundidos y todos, todos, comenzaron con una ligera grieta en el mascarón.
Quítese el parche pirata y analice la embarcación que dirige.
Grietas cotillas que se abren paso en los muros de tu vida; fuentes de luz para una vida oscura. La difracción de tu vida.
Y criticabais mientras supuestamente pensabais a Gran Hermano por ser lo que es cuando lleváis toda vuestra vida vigilando la de los demás a través de las grietas y rendijas de vuestros visillos y tristes paredes.
Dejen de intentar vivir la de los demás y busquen su felicidad en la suya propia.
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