Definitivamente es el día, pensé, hoy va a salir todo bien. Este optimismo fruto de un sueño en el que por fin me liberaba de las cadenas que llevaban años conteniendo mi alegría.
Hoy no me importaba que estuviera nublado, que lloviera o tronara, con un paraguas no había agua que se me resistiera. No importaba llevar los pies mojados o el pelo a lo afro, hoy para mi, por fin, había salido un sol que llevaba años esperando.
Salí a la calle como si me quemara estar bajo techo, necesitaba aspirar el aire que hacía tanto que se tornó vicioso para mi. Ahora era puro y me llenaba los pulmones, me dejaba oler la tierra mojada, sentir el ambiente bochornoso, experimentar el viento fresco dándome en la cara, haciéndome cerrar los ojos para ser consciente de que estaba viva por primera vez después de tanto.

Salté sola en el parque, chapoteé en los charcos sin botas de agua, bailé en una esquina cualquiera y canté sin entonar ni una sola de las notas que salían de mi garganta, porque por fin me sentía feliz. El agotamiento, el cansancio, la tristeza, todos se hicieron a un lado para hacerme libre de una vez por todas, y descubrí que ciertamente era fuerte, que era verdad que podía aunque yo no lo creyera, que todos los que me animaban no se equivocaban, que nunca fui débil, que siempre tuve fuerzas, que jamás flaqueé ante ninguna adversidad aunque me costara la salud después.
Hoy, este día señalado en el calendario, vi nacer los frutos del esfuerzo y del tesón, de mi orgullo y mi vehemencia. Hoy he recogido lo sembrado con mi ímpetu, mi sed de cumplir y que cumplieran conmigo también, mis pensamientos tan íntimos que siempre quedaban para mi. Hoy sé que todo valió la pena, que las recompesas siempre son mayores que el esfuerzo por conseguirlas porque te enorgullece haber sido tú partícipe de ellas.
Quizás mañana vuelva a meterme en la cama, sumida en el letargo del que me ha costado tanto salir hoy, pero ahora en este presente efímero soy feliz, me siento feliz. Por todos los que creyeron que podía y pude. Hoy me siento fuerte, empoderada y valiente, capaz de ponerme el mundo por montera y hacer una locura de esas de las que nunca te arrepientes porque quedan sólo para ti.
El ayer pasó y fue duro y el futuro ya vendrá. El ahora es lo que toca disfrutar… No sé si ponerme un café o un gin tonic, pero me da igual. Quiero celebrar y que lo vean, quiero sonreir en mi locura, no quiero ser cuerda en lo normal ni invisible en mi despertar.
Hoy quiero comerme un mundo que no sé si se me indigestará, pero que con un omeprazol a tiempo todo tiene solución.
Deja una respuesta