Aún dolido por lo ocurrido el domingo en el Ramón Sánchez-Pizjuán y sin poder digerirlo, sigo teniendo claro quién es el responsable y, por ende, el culpable de todo lo que acontece en el Sevilla FC.
Un día, mi padre me dijo que los goles los mete el presidente, y no le falta nada de razón.
El presidente es el que genera la ambición, el presidente es el que transmite la ilusión por crecer y el presidente es el que tiene que dar la cara cuando las cosas van mal.
Y Pepe Castro, no es nada de eso. No transmite al sevillismo, más allá de algún discurso sin potencia alguna. Por supuesto, escrito. Como improvise no te enteras de nada y ni mucho menos te engorila ni te hace sentirte representado.
Con el reparto de los dividendos, todo hecho. La guerra con Del Nido amañada y solo por intereses personales. El presidente «de las 4 UEFAs» llegó a decir.
Sí, y el presidente «de los fracasos en las Supercopas Europeas y de la lamentable participación en Champions», por no hablar de tirar año tras año los partidos frente a los grandes en la Liga. Y eso, son también datos.
Y ni un cántico en la grada en su contra, y si surge de manera espontánea, rápidamente se sepulta por otros intereses.
Porque si los jugadores se lesionan y el presidente no cambia nada. Si Lopetegui echa el equipo atrás y el presidente no hace nada. Si nos roban y ningunean jornada tras jornada y el presidente no dice nada.
A mí, me sobra el presidente.
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