Y se cumplió lo establecido, lo que en Sevilla decimos “lo que Dios y como Dios manda”. Y viniendo de Él y para Él, qué podría fallar si nuestros corazones ya nos avisaban, si ese tic tac de aceleraba, y aunque la pena nos llega, porque ya pasó La Macarena y El Cachorro se encerró, podemos gritar en Santa Marina que el Hijo De Dios, resucitó, ¡resucitó!
Y se cumplió lo establecido, ya todo son recuerdos, recuerdos de aquello que es pasado, recuerdo de lo vivido, recuerdo de lo disfrutado, recuerdos de recuerdos que se han cumplido,
Y se cumplió lo establecido con la difícil misión de comenzar cuando termina, de iniciar un nuevo camino cuando aún el camino no está escrito. Aún pisamos tierra antigua, aún el último adoquín no está perdido y ya nos toca mirar al frente, a empezar un nuevo recorrido que nos lleve a este mismo punto, al mismo abismo. Llama las coordenadas de Jesucristo.
Todo comenzó en El Porvenir y termina en Santa Marina, cuanto hemos sentido del Salvador a Bellavista, de la Juncal a la Feria, de San Bernardo y San Vicente a Cristo de las Tres Caídas, de San Jacinto a Pureza, de Castilla a Castilla, de Conde de Bustillos a la Basílica, no recordamos semana tan salesiana.
Y del Cerro a Padre Pío y de Heliopolis a Nervión, curiosa ¿contradicción?
En Los terceros fuimos los primeros, y en el Barrio de San Pablo y en el de La Calzá, ¡ay Pascual, Pascual!
Y las espinas tragaitas, arañando las entrañas, la voz rota del que manda, cuando amanece el día, que es gitana su cuadrilla, que son gitanas sus hechuras, que es Juanma el que lo manda desde allá y más arriba.
Y se cumplieron nuestras promesas, todas las penitencias cumplías, si algo queda pendiente, ya vendrá con los días. Y se cumplió lo establecido y en Sevilla es oración, se acabó lo que se daba, comienza lo mejor, lo que nos hace cristianos, lo que nos confirma en la fe, lo que nos hace a todos iguales, Domingo de Resurrección.

Deja una respuesta