
Cuando una comparsa le canta a Cádiz, Cádiz no se detiene en ver si la tesitura de la voz es masculina o femenina.
Cádiz está por encima de eso.
Nos saca a los carnavaleros tres mil lunas, tres mil coloretes, tres mil atardeceres… y le gusta ver cómo poco a poco se van levantando de sus escolleras esas gargantasmelosas que hasta el día de hoy han valido más por lo quehan callado que por lo que han cantado.
Pero ya era hora de que cantaran…
De que se despertaran…
De que escribieran con su puño lo que sangre siente…
Arremangando los brazos. Mirándonos a los ojos. Endulzando las tablas de Falla con la fuerza de sus entrañas, esas que nos dan la vida, esas que la vida nos regala.
Así que, para los entendidos del 3×4, sepan ustedes que We can do… Carnaval es una comparsa…, una comparsa de Cádiz.

No se detengan en ver más allá.
No busquen estúpidas comparaciones.
No hagan más daño con sus prejuicios dictadores.
We can do… Carnaval es una comparsa más..
Así que, disfrútenla.
Dejen que resuenen su voz.
Que sus manos dobleguen al yugo de la historia.
Que ellas mismas sean capaces de cortar sus propias espinas..
Dejen que el maquillaje de su ilusión envuelva al miedo.
Que el reloj de sus tempos ondee por encima de nuestras banderas.
Que las fronteras de sus estribillos sean la única patria de sus cuerpos..
Enamórense de sus cadenas, de sus cicatrices, de susaristas arrabaleras…
Escuchen cómo pregonan y bailan sobre sus heridas.
Y, sobre todo, dejen que sean libres para cantar lo que ellas quieran cantar… porque si no fuera por ellas, hasta Dios estaría condenado a no existir..
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