Temporada desastrosa, mala planificación, malas decisiones arriba, en medio, abajo y saliendo definitivamente de aún más abajo y tras hacer el ridículo en la Champions nos llega la hora de jugar donde nos sentimos cómodos, donde somos respetados y temidos: Europe League.
Nos visitaba un ilustre europeo con caras muy conocidas y familiares como Ruud Van Nistelroy y Luuk de Jong entre otros.
El PSV, aquel temido equipo europeo también venido a menos llegaba con el discurso de respeto absoluto al hexacampeón y las temidas noches del Sánchez Pizjuan y la noche no pudo ir mejor.
La tristeza de un técnico triste ha dado paso a la locura de un loco bajito de 60 años que corretea por la banda, de pelea consigo mismo durante la totalidad de los minutos que dura el partido y algunos más y que es tan testarudo como locuaz en su discurso y ha conseguido cambiar el rumbo a una plantilla muerta.
Trabajo, constancia y mucha psicología para invertir absolutamente hasta el punto en que lo que antes eran penas, ahora son alegrías y goleadas, canteranos que regresan demostrando que valen, cedidos defenestrados se convierten en claves con golazos y detalles de alta calidad, e incluso el más difícil todavía: En Nesiry sabe meter goles.
Tres goles se han llevado los holandeses del PSV en un gran encuentro de los de Jorge Sampaoli, euforia, felicidad necesaria, intención en el campo y felicidad en una grada diferente a la habitual. Maldito Consejo capaz de destrozarlo todo…
La nota discordante es la lesión muscular de Loïc Badé, esperando que no sea para mucho y la baja por sanción de Gudelj que no jugará en el Phillips Stadium la vuelta.
Eliminatoria encarrilada sin confiadnos y a pensar desde ya en el partido del próximo domingo en Vallecas.
Regresa la Europe League, regresa el Sevilla FC. Regresan las Alegrías a Nervión.
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