
Este año, Sevilla celebra una efeméride que ha marcado la historia de la Semana Santa y la devoción a la Virgen de la Esperanza: el centenario del primer besamanos de la imagen. En homenaje a este acto de fe y amor, la exposición ‘OFRENDA. Rosa. Corona. Beso’ abre sus puertas en la Fundación Cajasol, invitando a los sevillanos y a los visitantes a redescubrir, desde una mirada contemporánea, el simbolismo y la espiritualidad que rodean a la Virgen de la Esperanza Macarena.
La muestra, comisariada por el historiador y crítico de arte José María Rivas, es un ejercicio de memoria y devoción que trasciende el mero recorrido de objetos y piezas religiosas. ‘OFRENDA. Rosa. Corona. Beso’ se presenta como un espacio sensorial que invita a la reflexión sobre lo sacro y lo cultural, a través de una puesta en escena impactante y cargada de significado.
Una Ofrenda Visual
El título de la exposición ya sugiere su propósito: una ofrenda artística y simbólica a la Virgen de la Esperanza. Se articula a través de tres elementos clave que constituyen la identidad de la Macarena: la rosa, la corona y el beso. Cada uno de estos símbolos, cargados de resonancias religiosas, sociales y culturales, se convierte en el eje narrativo de una serie de instalaciones visuales que exploran su significancia dentro de la tradición sevillana.
La rosa, símbolo de pureza y belleza, se convierte en un objeto central de la muestra, no solo como elemento floral que acompaña la figura de la Virgen, sino como representación de un cariño que trasciende lo físico. La corona, pieza imprescindible en el ajuar de la Esperanza, simboliza el reinado espiritual de la Virgen sobre su pueblo, mientras que el beso, tradicionalmente ligado a la devoción popular, se convierte en un acto de rendición y entrega, un momento de intimidad entre la Madre y sus hijos.

Un Encuentro de Fe y Arte
A través de una cuidada selección de obras de artistas contemporáneos, la exposición logra combinar la devoción tradicional con la vanguardia artística. Las piezas, muchas de ellas creadas especialmente para esta conmemoración, van desde la pintura hasta la escultura y la instalación, pasando por el audiovisual. El espacio, diseñado específicamente para la ocasión, se convierte en un altar moderno donde las piezas dialogan entre sí, invitando al espectador a una experiencia envolvente y emocional.
Uno de los momentos más impactantes de la exposición es la proyección audiovisual que acompaña la figura de la Virgen. En ella, el beso se presenta como una metáfora visual, no solo del contacto devoto, sino del abrazo simbólico entre la Sevilla de ayer y la de hoy, entre la tradición y la modernidad. Las imágenes se mezclan con sonidos de la ciudad, creando una atmósfera que hace palpable el peso de la historia en el presente.

El Legado del Primer Besamanos
En 1925, la Virgen de la Esperanza Macarena vivió un acontecimiento que cambiaría su relación con la ciudad: el primer besamanos que permitió a los devotos acercarse a besar sus manos. Este gesto, que para muchos fue el punto de partida de una devoción más cercana y personal, marcó el inicio de una tradición que ha perdurado durante un siglo. La exposición se erige como un recordatorio de este legado, invitando a la ciudad a reconectar con sus raíces espirituales a través del arte contemporáneo.

Reflexiones sobre lo Popular y lo Sublime
‘OFRENDA. Rosa. Corona. Beso’ también invita a reflexionar sobre la dualidad que siempre ha existido en la devoción macarena: lo popular y lo sublime. La Macarena es un referente cultural y religioso de primer orden, pero al mismo tiempo, es un símbolo de la identidad sevillana. La exposición pone en evidencia cómo el arte puede ser un vehículo para acercarnos a las grandes tradiciones de la ciudad, sin renunciar a una interpretación contemporánea que las haga más cercanas y comprensibles para todos.
La muestra no solo se convierte en un homenaje a la Virgen de la Esperanza, sino en una celebración del arte como medio de trascendencia, como forma de entender la fe a través de la creación visual. En este centenario del primer besamanos, Sevilla no solo mira hacia el pasado, sino que también proyecta su devoción y su cultura hacia el futuro.
Si hay algo que define a esta exposición es su capacidad para emocionar, para conectar al espectador con la esencia misma de la Semana Santa sevillana, a través de una experiencia que va más allá de lo visual. ‘OFRENDA. Rosa. Corona. Beso’ es, sin duda, un regalo para todos los sentidos.
