Partido decisivo en Nervión para el futuro de la participación europea de tu/mi/nuestro Sevilla FC y todo lo que parecía bien, acabó en mal.
Salía, un desacreditado Alonso, con el «mejor once» disponible con Dmitrovc, Navas, Ramos, Gudelj, Acuña, Fernando, Sow, Rakitic, Ocampos, Lukebakio y En-Nesiry.
Pese a un comienzo dubitativo, se ponía de cara el partido tras muchos minutos de buen fútbol por parte sevillista.
Con Lukebakio y Ocampos gustándose, con Navas incisivo y con En-Nesiry siendo En-Nesiry.
Una falta botada desde la izquierda, Fernando no llega y Ramos a contrapié hacía el 1-0. Gol especial por todo lo que conlleva…
No tardaba en llegar el segundo pero lo anulaban por una mano al comienzo de la jugada. Esa norma que varía en función de si es el Sevilla u otro equipo.
Una gran combinación por banda derecha con jugada de Ocampos con varios caños seguidos, acababa en remate a la cruceta de cabeza de En-Nesiry.
Al descanso con muy buenas sensaciones. Comenzaba la segunda parte de la mejor de las maneras. Acuña, que se fajó todo el partido, metía un balón en profundidad a En-Nesiry que de primera batía por encima al portero rival. 2-0 y alegría en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Pero todo se torció. Ocampos protestaba un corner y recibía la primera amarilla. Navas, renqueante desde la primer parte era sustituido por Juanlu y ya nada fue igual.
Una mala presión del canterano y un tropezón del argentino acababa con la expulsión del 5 sevillista. Y a partir de ahí, no hubo equipo.
El 2-1 llegó tras un córner y un remate sin querer. El 2-2 obra de Gudelj en propia meta y el 2-3 tras fallo garrafal de Nianzou que fue incapaz de hacer una falta a la altura de los banquillos.
Cuando tus revulsivos son Rafa Mir, Jordán, Nianzou y Oliver, algo o nada va bien.
Más doloroso que la derrota es escuchar al presidente, presuntamente okupa, decir que se hacen las cosas bien.
Qué pena que ya no estemos en los 90 y aseltemos los estamentos del club.
Los goles los meten los presidentes, y entre el hijo y el padre y el del sugus…
Larga vida.