Nunca sabes cuando ni donde te va a llegar la oportunidad, simplemente llega. Tú solamente tienes que aprovecharla y dar rienda suelta a tu libertad. Quizás tú también llegues a la conclusión de que «la felicidad solo es real si es compartida».
Dos caminos desconocidos frente a mí tengo, sin trampas de por medio, o yo no las veo. “Sigue el cauce del río, así llegarás a tu destino”, me susurra una vieja voz. ¿Pero hacia qué destino?, replico desconcertado.
Y si yo no quiero seguir la corriente y prefiero remontar las aguas en dirección contraria. Y si pese a ver grandes ciscos en el horizonte, me atrae más lo que hay detrás, lo desconocido.
Amanece, quizás no salga el Sol pero ahí estará siempre hasta que tú estés, todos los días. Levántate dispuesto a ser compañero de la libertad, pareja del amor y hermano de la amistad. Deja tirado en la cuneta los trastos inservibles, haz una limpieza profunda de tu entorno, no te dejes nada, carga solo con lo indispensable.
Cuando ya estés limpio por fuera, siéntate, respira profundo y entonces podrás purificarte por dentro. A partir de aquí todo tuyo amigo, que yo aún sigo en ello.
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