
Leía y releía aquel menú, pero no podía decidirse sobre que ordenar, estaba dilucidando mientras el estómago ya quería romper la blusa para hablar directamente con el camarero… —tranquilo, contrólate! Le dijo entre dientes. Sabiendo que desde el interior aquel ser monstruos solo quería ordenar cerebros.
Manuela Sánchez
Menos Qr y más cantar la carta como trabalenguas.
Ángel Salgado I
Mi mirada fija en ti, mientras pienso que te acabaré comiendo.
Ángel Salgado II
Durante la espera, los nervios.
De aperitivo, tu mordida de labios
mientras disfrutas los entrantes.
El plato principal, tus ojos brillantes
esperando a que llegue el postre,
alargando la sobremesa hasta la noche.
Ángel Salgado III
El menú a doce euros de los lunes era excelente en el Pepo. El bar de la esquina. La cocinera me confesó que había estudiado alta cocina en Francia. Nunca consiguió su puesto cualificado, pero un día en semana nos sorprendía con su maestría, aunque no todos sabían apreciarlo.
Calila
I
Entré al café y miré la pizarra: “Sopa de letras, filete adjetivado, dulce de sinónimos.” Sonreí. La pizarra era un texto en construcción, como las hojas en blanco que llenaré al enseñar. Ser profesora será eso: escribir, guiar palabras, ayudar a leer la vida como un menú infinito.
II
Mesas listas, charla amena,
En cada plato, una historia,
Nombres que el alma encierran ,
Único aroma: la memoria.
Anita
De primero dos buenas amigas, en su punto. De segundo un loco fin de semana con todos los extras, de tercero y postre, u risas cómplices para compartir. Ese es mi menú ideal…
Patricia Delgado
El humo se mezcla con el ruido de la ciudad. En la pizarra, opciones simples: ensaladilla, secreto y una cerveza. La mesa rebosa cuadros del mantel, la comida, honesta. Un bocado y todo cobra sentido: el calor del plato, el murmullo alrededor, la vida en marcha.
Nemesio Laverde
I
De primero pediré migas
De segundo, shhhh es ¡secreto!
II
Recuerdo unas papas guisás con atún, unos garbanzos con langostinos y una academia a medio cerrar. Días eternos pero llenos de felicidad.
Juanma García