- Acción y efecto de zapatear.
Me había apuntado a una academia para aprender a bailar flamenco. Lo que más me costaba era el zapateo, porque era incapaz de coordinar los brazos, las piernas, y los tacones. Parecía muy graciosa y lo peor fue el día que, totalmente concentrada, se me salió disparado el zapato izquierdo.
Calila
Aún recuerdo su cara regordeta, sus dos trencitas y sus cachetes coloraos. Si le llevabas la contraria daba un zapateo con genio, cruzaba sus manos a modo de enfado y la expresión de su rostro era todo un poema. Simplemente, me encantaba.
Patricia Delgado
Fue una noche lluviosa en Sevilla, la calle Fabiola como testigo. Y entre tanto ajetreo, un hermoso zapateo hizo que me perdiera en tu mirada.
Ángel Salgado I
La sensualidad en un baile
que suena a cante jondo,
para que el sentimiento hable
y de alma se llene todo.
La complejidad del taconeo
acompasado por el corazón,
más que un rítmico golpeo,
que llena de arte cada rincón.
Ángel Salgado II
Vaya noche me está dando la vecina entre la canica y el taconeo…
Ángel Salgado III
I
El suelo tembló bajo el ritmo voraz de un zapateo feroz. Cada golpe narraba historias de pasión y desafío, al compás.
II
El zapateo irrumpió como un trueno, resonando en la madera con destreza y furor. Cada impacto era un latido firme, los pies narraban, en su lenguaje rítmico, la eterna batalla entre la tierra y el arte.
III
Zenith del ritmo,
Arte en los pasos,
Pulsar del suelo,
Alma que vibra,
Tierra que canta,
Eco infinito,
Ofrenda al compás.
Anita
Las notas iban sonando, mientras bajo las luces el zapateo inspiraba a miles. Con los ojos cerrados imaginaba que bailaba sobre la luna.
Manuela Sánchez
I
El cartel ponía PROHIBIDO DAR EL CANTE, no decía nada de palmas, zapateos ríos de vino fino.
II
Zapateo a su zapato
III
Si al zapatero le quitamos la R, ¿qué será lo próximo, quitarle la H a la hebilla? ¿Ebilla?
Juanma García
Se quedó dormida escuchando el zapateo de la compañía de baile.
Su novio se empeñó en ir aunque sabía que no era aficionada a nada que no incluyera rock and roll.
Despertó de pronto con el ruido de una ovación cerrada y se incorporó al aplauso para disimular.
Tarde.
Jacobo le dijo con voz enfadada: «da igual que disimules ahora, todo el teatro ha escuchado tus ronquidos».
La Renacida
En esta sociedad del agrado perpetuo y la piel fina, el líder, incluso en su carestía, ha olvidado el zapatazo necesario: ese golpe firme que sacude la complacencia y despierta voluntades.
Nemesio Laverde