Navegar por los confines del Sur con la única motivación de ver disfrutar a los pingüinos. Bueno, y un buen terrón de hielo que se me está calentando el ron.
- No veas la cola que hay para subir al K2
- Maldito turismo masivo.
Un paisaje que debería estar cubierto completamente de blanco, unos seres vivos que ya no saben donde ir para poder subsistir y terminan encerrados simplemente para nuestro disfrute. Al fin y al cabo, el reflejo de la ineptitud, el egoísmo, la falta de conciencia y pensamiento del ser humano.
¿De verdad seguís pensando que somos la raza superior? Cuando te priven a ti de tu libertad y tus modos de vida, entonces, no quieras hablar de derechos y deberes y vete por donde has venido.
¡Que no! Que los pingüinos habitan como nosotros en el Sur, en el Polo Sur… en el Norte los del norte.
Miren, disfruten de su presencia y sus andares. Si no cuidamos lo que tenemos, el cambio climático se llevará con él a todos los pingüinos. Ustedes mismos.
Ni en el SIMOF ni en Cibeles se posa con tanto estilo.
Creer llegar a la cima después de todo el camino recorrido y los sacrificios hechos, mirar arriba y ver que aún no es el final. Sentirte vencido, pero ver toda tu maleta de experiencias, liarte la manta a la cabeza y querer continuar porque sabes que llegarás.
Graznando todo el santo día. Si al menos andara tan graciosa como un pingüino…
Sabías que…
…los primos africanos de estos pingüinos tienen recursos lingüísticos donde mezclan en sus graznidos “palabras” cortas con otras más largas a modo de frases, igual que los primates y los humanos?
¿Desde cuándo hay focos en los iglús?
¿En serio tienen los esquimales a pingüinos por animales de compañía? ¡¡¡Más ron!!!
¡Otra boda, quillo, y yo todavía sin quitarme el chaqué de la última!
Elegancia extrema en estos animales,
cadencia extraña en sus andares.
Por el agua fluyen libres,
por el hielo se deslizan visibles.
En la ficción, del murciélago, su enemigo;
la antítesis del héroe, el malvado villano.
Simulan sus pieles, parece que usan abrigo,
disimulan y te empujan al agua con una «mano».
De etiqueta clásica, sin colores vivos,
de depredadores mayores, fugitivos.
Son los entrañables pingüinos,
simpáticos, cómicos y divertidos.
-¡Niño! ¿Seguro que por aquí se va a Sevilla Este?