
El Real Betis ha hecho oficial la incorporación de Álvaro Valles, que firma con el club verdiblanco hasta 2030. El guardameta sevillano, formado en la cantera bética, regresa al Benito Villamarín tras una sólida etapa en la UD Las Palmas, donde fue pieza clave en el ascenso a Primera División en la temporada 2022/23. Sin embargo, más allá de sus méritos deportivos, su llegada ha sido celebrada por la afición por una razón de peso: su compromiso inquebrantable con el escudo.
Valles, de 27 años, decidió no renovar su contrato con el conjunto canario a pesar de contar con ofertas económicamente muy superiores, incluidas propuestas del extranjero como la del Olympique de Marsella. En su lugar, eligió esperar durante casi un año, sin jugar ni formar parte de convocatorias, con tal de poder vestir nuevamente la camiseta del Betis. Una decisión que habla no solo de profesionalismo, sino también de una conexión emocional profunda con los colores verdiblancos.
La dirección deportiva, liderada por Manu Fajardo, llevaba tiempo trabajando en su incorporación. Su perfil, con experiencia en la élite y una fuerte identificación con el club, encaja perfectamente en los planes del cuerpo técnico de Manuel Pellegrini, que busca una portería más sólida y competitiva. Valles compartirá demarcación con Adrián San Miguel y Fran Vieites, a la espera de la resolución de la situación de Guilherme, cuyo futuro parece lejos de Heliópolis.
La llegada de Álvaro Valles no solo refuerza el arco bético, sino que también devuelve al vestuario un perfil de jugador que conecta con la grada, que siente el escudo y que ha demostrado con hechos que el Betis está por encima de cualquier cifra. Ahora, con el sueño cumplido, le tocará demostrar sobre el césped que tanto sacrificio ha merecido la pena. Porque en el Betis, como en la vida, hay decisiones que no se toman con la cartera, sino con el corazón.
