Y hasta aquí llegó el ilusionante segundo puesto; hasta aquí el mirar hacia arriba y solo ver un Madrid ayudado y muy ramplón, solo que con 3-4 jugadores estratosféricos.
Visitábamos al Barça, en forma, jugando bien y en un estado de forma increíble mientras nosotros hemos confirmado que con Kounde y Diego Carlos, la defensa funciona y más, cuando plantamos un autobús digno de Maguregui y otros tiempos. Quizás faltó un poco de fango y barro en el campo, y algún que otro jugador con bigote y calzonas muy cortitas. Incomprensible…
Se acaban los recursos para los aficionados que se declaran resultadistas, bilardistas,…
Ya no sólo no empatamos, si no que no defendemos bien desde el momento en que perdemos. Si analizas el carro de goles que nos hemos podido llevar y que Bono, nuevamente, ha sido con gran diferencia el mejor del partido, pues tienes lo que tienes.
Que el gol de Pedri es genial, nadie lo duda, pero que si no es Pedri es o hubiese sido cualquier otro; no puedes estar encerrado 90 minutos ante un buen Barça sin respiro, como un frontón que escupe balones justo antes de volver a recibir el siguiente arreón.
A todo esto, súmale el lamentable partido de Ocampos, la falta de todo de Martial y las escasas luces y recursos de un banquillo que no aporta absolutamente nada.
Se acaban las excusas al mismo ritmo que se ha perdido la diferencia de puntos. Ya somos terceros empatados a puntos con el 4º y sólo le sacamos 4 puntos al quinto.
Mucho ojo que podemos acabar como el rosario de la aurora. Y no, no me valen las excusas.