
El partido de gran rivalidad vecina entre el Sevilla y el Betis no acabó con el pítido final, como podría pensarse. Se extendió hasta la llamada zona mixta de entrevistas donde el infractor Diego Llorente se desquitó, sin faltar, con el árbitro del partido, Martínez Munuera.
El problema viene de ese penalti pitado por el de Benidorm que decidió el partido. Más allá de si fue o no penalti, los dos equipos quedan empatados a puntos y las sensaciones de los equipos son totalmente distintas. Los blancos crecen en confianza mientras los verdiblancos pierden fuelle.
En la parte alta se enfrentaban segundo y tercero en el partido de la jornada. Se lo llevó el Madrid ante un Villarreal que lo intentó, pero no dio la sensación de poder hacer temblar el Bernabéu. Los goles de Valverde y Vinicius fueron lo mejor del partido que quedó empañado por la grave lesión de Carvajal.
Más arriba se queda el Barça, que vuelve a la senda de los tres puntos con tres goles de Lewandowski en media hora. El VAR le quitó un gol al Alavés, que vio así truncadas su aspiraciones de histórica remontada.
El Girona toma aire en un partido loco en Montilivi que, a pesar de ser de Liga, se decidió en los penaltis. En concreto en los dos que falló el Athletic y en el que marcó Stuani en el minuto 95 para dejar un 2-1 que hizo las delicias de los aficionados locales.
En la zona baja, destaca la impotencia de Las Palmas para remontar un partido en el que el Celta jugó con dos menos durante más de 30 minutos. La expulsión de Ilaix Moriba se me antoja realmente injusta. En el capítulo de destacados seguimos incluyendo a un Óscar Mingueza que se ha ganado la llamada de Luis de la Fuente. En esta jornada, le puso el gol en la bota a Borja Iglesias con un preciso centro desde la derecha.
En el cierre de esta jornada 9, Real Sociedad y Atleti cosechan un empate más en esta temporada. Los madrileños, que marcaron pronto por medio de Julián Álvarez tras taconazo de Griezmann, se alejan un poquito de los dos de arriba y los de Anoeta suman un punto y continúan sin enderezar el rumbo.
