Domingo, siete de la tarde, Mateu Lahoz pita el inicio de un encuentro que nos llevaría, en caso de victoria, a colocarnos en puestos Champions y a un solo punto del Villarreal, tercero en la Clasificación General, y primero de la Liga de los tiesos.
Visitaba el Ramón Sánchez Pizjuán el antiguo equipo de nuestro mister, Gregorio Manzano, y para ello presentó un equipo en el que, por fin, se decidió a poner de titulares a Alejandro Alfaro, malos 45 minutos los suyos, a Álvaro Negredo, con diferencia el jugador más en forma de toda nuestra plantilla, en la actualidad, y al canterano que pide a gritos una ficha entre los 25 elegidos, Luna, buen partido el suyo. Curiosamente solo vio una amarilla y, curiosamente, era muy necesaria. Aprende querido Fernando…
Siento comunicaros que el Sevilla de los grandes títulos se ha ido, y el que tenemos es el que todos recordamos, el que pierde siempre los partidos clave. Como ya he dicho, si hubiese ganado, hubiera dado un paso de gigantes, ya que hay que aprovechar los enfrentamientos directos entre rivales importantes para escalar hasta el Mulhacén, ya que al Teide no podemos…
El equipo de las ensaimadas, Real Mallorca para los exquisitos, presenta en sus filas un penoso lote de jugadores semi-acabados y un montón de chavales con ilusión. Pues esos, comandados sabiamente por la varita del danés, Michael “Miro al tendido y te la pongo al pie” Laudrup, han hecho de 11 camisetas, un Equipo, con mayúsculas. Buen portero, defensa sobria y sin “mariconadas”, un centro del campo serio, -¡¡qué exhibición diste ayer, mi añorado Pep!!- y un ataque rápido. Con eso y con las pocas ganas que juega el equipo de todos nosotros, hicieron que el resultado fuese 1-2. Bueno eso y un cuerpo arbitral de chiste, al estilo Martes y Trece, representando la segunda parte de “El Robobo de la jojoya”…
Cuando salí de mi asombro, por el once titular que presentó el técnico jaenero, el partido llevaba unos 15 o 20 minutos. Si a este equipo, le quitas a Martín Caceres y colocas a Julien “no corráis caracoles, que no os alcanzo” SQD y un tal Luca “quién soy y qué hago aquí” Cigarini acompañando a Renato, aceptable partido el suyo, pues le regalas al equipo contrario el partido. Y así fue…
Transcurre la primera parte con el control del juego en manos del equipo visitante, llegando a unos números sonrojantes, ocho tiros a puerta por ninguno de nuestro equipo. Negredo, muere en cada balón, va a por todos los melones que le lanzan, los baja y devuelve pelotas de reglamento, de los buenos….
Cuando en un arreón de la grada, el equipo se medio entona, llega una contra del Mallorca, balón que lo juega el centro del campo bermellón, pelota que la ponen a Pereira, una vez más SQD no llega y gol al primer palo. Otra vez palmando, por primera vez en casa desde que llegó Goyo, y carita de tontos…Me pregunto si con Martín Cáceres en el terreno de juego, no se hubiera cortado ese balón…
Llega el descanso, y lo único reseñable del partido fue un taconazo magistral de Webó – ¡¡qué suerte tienes que ya no están nuestros capitanes!!-
Segunda parte, locura total. Quita, bueno mejor dicho, se quita sólo Cigarini, ¿Por qué Dios mío, por qué está esto aquí y por qué tenemos que pagarle los arreglos de rodilla a Tiberio, mientras Borja triunfa en una aldea? El pre-parao algún día me lo explicará… Total, que sale Luisfa.
El otro cambio, magistral, por los c…, quitamos a Alejandro Alfaro, con 0-1, y sacamos a Konko, cambio ultra-ofensivo…y además, como consecuencia del reajuste de posiciones, nuevamente “Oh, Gigante” Kanouté pasa, por enésima vez, a quemarse a un lugar del campo, dónde puede jugar al igual que de portero, pero dónde pierde todo lo que lo ha hecho tan grande, control, pase y gol, mucho gol. Os aseguro que como sigamos así, Manzano será el culpable de que mi “Canuto” favorito se retire…
Comienza la contienda en su segundo acto y se ve a un equipo más entonado, más rápido e incluso con algo de ganas. Todo un espejismo. Al tran-tran empezamos a tener alguna que otra ocasión de gol, dos de ellas paradas en penalti por los defensores bermellones y que el señor colegiado no quiso ver, y otra, gran control de Luisfa, se gira, toca el DEFENSOR el balón con la mano, se la lleva igualmente el carioca y gol de tiro cruzado. Pues anulado por manos del delantero…Irritante.
Prosigue el encuentro, alguna contra del Mallorca, con De Guzmán como claro protagonistas, pero sin un peligro claro, cuando llegan los minutos de la verdad. Balón en el centro del campo, incursión constante, pelota que recibe Luis Fabiano, después de infinitos cortes y gooooooooooooooooooollllll, por fin. Empate que a mi humilde entender hacía justicia en el marcador, por mucho que a Cañizares le jodiese…Digo justicia, porque si suponemos goles los penalties, entoces: 2 penaltis + 1 gol legal anulado = 3 goles, por uno sólo del equipo rival.
Puesde ilusión también se vive. Siguiente jugada. Falta mal pitada por Mateu “saco la hoz y pierdes el partido”, fallo descomunal de Alexis y gol de nuestro “amado” Pierre Webó, otra vez cara de tontos y pa´casa.
Como habréis observado, el escrito lleva por autor al guerrero y esto se debe a una resaca descomunal que pilló el filósofo en compañía del que escribe y otros dos colegas de profesión. De profesión, borrachos y vicio amigos…
En homenaje a una velada histórica, traigo a estas líneas, palabras sabias de Benjamin Franklin: «Un hermano puede no ser un amigo; pero un amigo será siempre un hermano.»
que decir guerrero…lo primero gracias por cubrime las espaldas. Tu sabes que a mi no me gusta «lavarme las manos», pero mi visita sevillana me ha pasado factura. Más que en lo físico, en lo personal. Ví el partido, bueno lo que mis ojos me dejaron ver.Pero no tuve la cabeza ni el alma en ello. Vi a un Sevilla sin orden en la primera parte y sin profundidad en la segunda. Un centro del campo descompensado, sin profundidad por bandas. y una defensa en la que no se fían ni ellos mismo. Luego tras los cambios, lógico la entrada de Fabiano; menos lógico el de Konko, tu/mi/nuestro Sevilla mejoró. O por lo menos se intentó jugar al futbol, que no es poco. Pero no se puede fallar tanto, y si encima el árbitro se equivoca…pues mala cosa.
Hay cosas que fallan, sí. Pero el entrenador no tiene por qué forzarlas… o no.
Yo sólo sé que, como dijo «alguien» alguna vez «El verdadero amigo es como la sangre, que acude a la herida sin ser llamado»… y así tenemos que estar con los nuestros…como me he sentido yo en mi visita, con los míos.