¿Cuántas veces hemos dicho o prometido que haremos cosas que sabemos que no haremos e incluso que no queremos ni hacer?
Hacemos muchos tipos de promesas, sobre todo a comienzos de año. Nos prometemos a nosotros mismo que dejaremos de fumar, de beber o que nos meteremos en un gimnasio para ponernos fuertes. También algunos nos prometemos intentar ser mejor persona, portarnos mejor e intentar estar siempre con una sonrisa en la cara para ser más felices y ayudar a los demás.
Normalmente no se suelen cumplir, salvo algunas excepciones, porque somos como somos y nos cuesta cambiar de hábitos y además porque algunos no quieren hacerlo, y si lo prometen es porque “hay” que hacerlo. Y cuando las empezamos a cumplir vienen las “escusas”, el día a día te hace que muchas veces no tengas ganas de nada, volviendo a nuestras rutinas, y por tanto nos cuesta estar pendiente o darnos cuenta de las cosas que nos rodean o de quien nos puede necesitar y el por qué.
A veces, son promesas de poca importancia o eso parece a simple vista. Un “ya nos llamamos” o “mañana quedamos para comer” seguidos de una amplia sonrisa, sabiendo que a esa persona no la llamarás y que mañana no te apetece nada quedar y, en ocasiones, mucho menos con esa persona. Pero bueno, ya al día siguiente te inventarás una escusa fácil y listo. El tema quedará en el olvido, aunque quizás la otra persona se lleve todo el día esperando esa llamada e incluso altere sus planes para mañana con la idea de quedar y poder disfrutar contigo de unas cuantas horas. Y todo por decir en un momento dado algo que sabemos que no vamos a hacer y que ni mucho menos queremos hacer.
También están esas promesas que nos hacemos para protegernos y evitar un sufrimiento innecesario. Las típicas “no le vuelvo a llamar”, “no pregunto más sobre ella” o “ya no lo hago más”. El resultado todos lo sabemos, las incumplimos y cuando las cumplimos ha pasado tanto tiempo que ya ni nos acordamos. O no.
Hay otras promesas que sí pueden causar daños mayores. Cuando prometemos amor eterno o fidelidad a la persona que amamos. Luego con el paso del tiempo, se verá si somos o no capaces de mantenerlas, y del daño que se hará, voluntaria o involuntariamente a la otra persona. La diferencia es que en esos casos sí somos conscientes de que lo vamos a cumplir. O queremos serlo, porque no hay nada más bonito que amar a una persona en su totalidad y sin interferencias. Y como ya he dicho, tratamos siempre de ser felices y de hacer felices a los que nos rodean…o lo intentamos que no es poco.
Uno, que cada día trata de evitar esas situaciones, se va dando cuenta que a veces vivimos o pretendemos vivir un mundo que no es el que queremos. O por lo menos no el que deseamos a un corto plazo. No entiendo los motivos que llevan a una persona a prometer algo, sabiendo que le espera otra cosa, siendo ésta la que realmente le interesa y por tanto siendo consciente de que con el tiempo la incumplirá con las consiguientes consecuencias, algunas de ellas bastante dañinas.
Como dijo Molière, “Los hombres son todos parecidos en sus promesas. Sólo en sus acciones es donde difieren.»
Promete sólo lo que sepas que puedes cumplir o más importante aún, lo que realmente quieras y sepas que vas a luchar por intentar cumplirlo. Quizás sólo así puedas cumplir tus promesas en su totalidad. Aunque como siempre digo, sólo quizás.
ÁS_FdN
Abraham says
24 enero, 2011 at 11:59Formalidades…
¿Y por qué hay que prometer nada? ¿Acaso podemos estar seguros al 100% del futuro, como si estuviera del todo en nuestras manos?
Qué sucedería si yo me comprometiera a amarte cada día, a trabajar por ti cada día, sin decirte nada, y en cada momento mi amor y mi trabajo fueran para ti una sorpresa.
Las promesas que se cumplen valen tanto como el futuro que llega. Las que no se cumplen, como el pasado que nunca se va.
el filosofo says
24 enero, 2011 at 14:00No es necesario prometer nada, pero si se promete algo que por lo menos haya la intención de cumplir esa promesa ¿no crees?.
Si eso sucediera sería maravilloso, que cada día al lado de una persona fuera diferente y sorpresivo…lo dicho una maravilla!
El problema de las promesas incumplidas es ese…que son como el pasado que NUNCA se va…ese es el problema.
Un saludo
Fernando (Lemon CB) says
24 enero, 2011 at 13:13Las promesas…las podemos incluir en el factor I de la siguiente fórmula:
Cliff Arnalls, de la Cardiff Univesity del Reino Unido, dice que hoy lunes, el último de enero, es el peor del año.
La fórmula desarrollada por este investigador inglés no es nada sencilla y se basa en múltiples parámetros sociales, meteorológicos, económicos etc.:
1/8C+(D-d) 3/8xTI MxNA
De modo que «C» es el factor climático, «D» las deudas que nos dejan las navidades, «d» es el dinero cobrado en enero y «T» es el tiempo transcurrido desde el final de la Navidad. Finalmente «I» es el tiempo transcurrido desde el último intento fallido de eliminar un mal hábito (por ejemplo, fumar), «M» son las motivaciones del individuo y «NA» es la necesidad de actuar para cambiar la vida.
Con mayor o menor rigor científico este investigador lo tiene claro: el peor día del año es el 24 de enero. Te lo prometo
el guerrero says
24 enero, 2011 at 13:41Fernando, no sé qué es peor, si el estudio del zumbao inglés o el seguimiento hecho por ti…jejeje
Madre mía, la cantidad de gente aburrida que hay en el mundo, y encima seguro que gana una pasta. Te PROMETO informarme sobre este señor y volver a escribir todo cuanto haya aprendido. Todo esto siempre y cuando que CUMPLA con mi PROMESA, porque como dice Abraham ¿por qué te lo tengo que prometer? ¿Acaso estoy seguro de mi futuro?¿Mi futuro está en mis manos? ¿quién cree en el DESTINO? Porque existe el destino, ¿no?
Seriol says
24 enero, 2011 at 18:05En primer lugar, gran difusión social del artículo, Ehhh!! está bien e interesante, enhorabuena.
Y en segundo lugar mi opinión del tema: yo personalmente prefiero las «propuestas», este año me he propuesto no se que, a prometo no se cuanto…
Ahora unos datos de la RAE para aportar peso a mi elección:
Propuesta: Proposición o idea que se manifiesta y ofrece a alguien para un fin.
que proviene del verbo, «proponer»
Proponer: Determinar o hacer propósito de ejecutar o no algo.
Ese «o no» te da la vida, te da la vida!!
el filosofo says
24 enero, 2011 at 19:25Bien Sergio…me alegro que haya llegado hasta ti la difusión y que te haya gustado.
Me encanta tu propuesta…jeje!! De lo que se trata es de tanto si te propones como si prometes…que lo cumplas…o que haya intención en hacerlo!
Un beso grande!
Fernando(lemoncb) says
24 enero, 2011 at 18:21pues yo me propongo leer más lamoradadelguerrero. lo prometo
el filosofo says
24 enero, 2011 at 19:26Esa es la actitud Nando….esa es!!! 😉
Seriol says
24 enero, 2011 at 18:34Jejeje, muy bueno tato.
MoraDama says
24 enero, 2011 at 20:20Mi enhorabuena por este post mi filósofo. Yo no voy a enumerar mis promesas incumplidas o mis propuestas vanas. Sólo voy a hacer una nueva promesa….PROMETO no volver a prometer.
celia says
27 enero, 2011 at 09:19buscando comentario del partido de ayer, Sev.M., me he encontrado con la sorpresa de este aritculo tan bello en su contenido e intenso, como modeledor creo en tu animo. Todo lo que describes es verdad, esa es la vida, desgraciadamente, pero no se puede ir contra corriente, si una situación se pone imposible, no hay que luchar por ella a vida o muerte, porque eso no te va a dar mas que, mas sinsabores, depresiones, humillaciones, y la verdad nada, ni NADIE, fijate bien lo que digo, NADIE,debe permitir que eso le ocurra, hay que ser fuerte, tener las ideas claras y darse a valer mucho, maxime en este caso lo vales, mucho mas que las otras personas, sin lugar a duda, lo que tienes que hacer es luchar en tu vida personal, profesional, social y remontar este pasado que tan solo, hasta ahora desde hace algun tiempo, te esta dando muy malos momentos y, puede que afectando a tu ralizacion como hombre y profesional. Vales mucho, mucho mas y no olvides que esas personas,han perdido mucho mas que tu, la vida te lo dira, olvidate, date a valer, aunque te muerdas la lengua para no nombrarlas, para no llamarlas, hay que ser fuerte y sobretodo, ERES GENIAL Y SI HAY PERSONAS QUE NO LO SABEN APRECIAR, NO SON DIGNAS DE ESTAR A TU LADO. un beso
Antonio Borrego says
23 abril, 2013 at 16:41Estupendo post, y quisiera aportar mi particular vision…
Para la mi, hace mucho tiempo que dividi las promesas en dos tipos de promesas…
el primer grupo seria ese tipo de promesas como el dar cumplimiento a la promesa eterna al jurar las reglas de mi o en mi caso de mis hermandades, la de mantenerme fiel a mis (de nuevo en mi caso) equipos del alma y enfundarme la camiseta con orgullo, deportividad y sana rivalidad, o la promesa de lealtad a los valores de mi partido, sindicato etc, todo ello con critica construtiva y argumentada, sea o no sea entendible, para el beneficio y grandeza de cada entidad por decirlo de algun modo…
el segundo grupo es las promesas que hacemos a los hombres y mujeres… en mi caso y quizas por mi pequeña historia de 38 años, hace mucho tiempo que deje de creer en las promesas humanas, no espero nada de nadie, ni deseo que nadie espere de mi, quizas porque ya me han decepcionado demasiado al igual que yo habre hecho lo propio, a veces conscientemente, otras incoscientemente y otras tantas que no me habre enterado…
en las primeras… la promesa va por encima de todo, como dice una conocida cancion, «he intentado dejarlo muchas veces, pero al verte denuevo siento mariposas dentro de mi», y no podria romper nunca la promesa, es mas tiraria yo solo de la entidad sin ninguna verguenza, y no seria la primera vez que se diese la cirscunstancia…
en las segundas las promesas no existen, solo existe lo que podemos hacer unos por otros, rara vez desde hace algunos años he prometido algo a alguien… y cuando lo he hecho siempre me ha traido mas perjuicio que benficio, pese a todo siempre han sido daños pequeños y temporales, como facilmente subsanables, salvo una promesa que hice hace algunos meses… que pese ha ser una del segundo grupo esta vinculada al primero, lo que la da un rango especial, el cual no se aun encajar…
se que direis que soy muy dogmatico, pero bueno es mi particular vision…
saludos!!!