¿Dónde estáis?, se oyó con voz cansada. ¿Enanos? ¿dónde os metéis que vuestro pobre abuelo está agotado de jugar?
Poco a poco fueron a pareciendo los peques de la casa…»jooo abuuuu, estábamos escondidos y no nos has encontrado» decía el menor de los nietos con cara apenada. «Corred a la cocina y traeros una mandarina para cada uno» dijo el vetusto señor. «Abu, ¿me pelas la naranja tú? es que a mi me da cosita, se me mete la piel en las uñas y aggg…» «Vaaaaaale, traela para acá» le contestó el abuelo de La Morada al mediano de la saga.
«Para compensar que ya estoy cansado, os voy a contar una historia de risa, una comedia…Un día cualquiera de la vida del Trovero -¿trovero?- si hija el trovero, un personaje sin igual que optó por participar de las historias de la casa esa violeta como ustedes le decís.» -¿Qué es un trovero?, abu- pues es un señor que se dedica a contar historias de la vida real, con un puntito de humor para alegrar la vida de los demás» «¿Y qué cuenta?» pues como te he dicho, pequeña, cositas que le suceden en la vida, o que ocurren a su alrededor. Este miembro de la tribu tiene el don de sacar una sonrisa de la peor de las noticias y mientras te lo cuenta, ya está ideando cómo sacarte una sonrisa, aunque sea leve, en tu cara -¡¡¡qué waaaayyyyy!!!- le interrumpió el menor de los nietos.
«Os gustan las naranjas, ¿en? -¡¡¡¡¡¡¡Siiiiiiiiiii!!!!- ¿Queréis más frutas? -¡¡¡Siiiiii!!!- Pues acompañad a la frutería al Trovero y verás que risas…
Deja una respuesta