Sonrío ahora, sonrío al acostarme y sonrío al despertar por la mañana. También cuando salgo de casa, cuando llego al supermercado o hablo con mis vecinos. Sonrío estando solo en mi cuarto y hasta le sonrío a las máquinas de mi trabajo.
Sonrisa ahora y sonrisa mañana, así todos los días, por tanto también sonreí ayer. Una expresión de la cara, una mueca a veces invisible que surge de mil maneras posibles. Y que ella sola es capaz de expresar y transmitir infinidad de sentimientos.
Un simple gesto, tan simple que alegra el alma y en su temporalidad alivia el dolor y los sinsabores sufridos. Tan simple que en su rescate seduce al mal propio llegando hasta el ajeno. Haciendo de su duración un regalo divino que debería ser eterno.
Por supuesto no siempre fue así, no siempre la sonrisa me acompañó, porque parece que eso no es posible, pero ahora sí y por ello la disfruto. Esperando que dure e intentando que en mi día a día esté siempre presente, aunque a veces sea disfrazando sentimientos menos placenteros.
Con su presencia todo se lleva mejor, todo se hace más factible, tanto para uno como para la gente que te rodea. Porque hay gente que necesita tu sonrisa para poder sonreír.
Por eso cada vez que puedas, sonríe y ¡sonríe siempre!
ÁS_FdN
el guerrero says
3 julio, 2012 at 10:36Sonriamos todos!!!
celia says
4 julio, 2012 at 00:13Sí ,verdaderamente es mejor y cuesta muy poco sonreir y hacer que a la persona que sonries se sienta mejor, pero ademas, es que muchasveceslo hacemos porque nosotros nos sentimos mejor, asi que a sonreir y hacer que la gente y nosotros estemos mejor. Un abrazo