Elefante en una cacharreria‏

Espero que el Filósofo no se moleste por robarle una expresión que perfectamente encajaría en su #Moradeo de los viernes, pero os voy a presentar un elefante, que para no encajar, seguro que tiene hasta la trompa pequeña.

Este paquidermo que os voy a presentar aparece de la nada, como si la varita de un mal mago lo trajera del más allá, -o del más acá, porque nadie sabe de dónde ha salido, por mucho que el orejudo se empeñe en decir que siempre estuvo aquí- y de buenas a primeras se meta en todos los charcos, imitando a los que habitan en Guijuelo y Jabugo. Quizás tenga doble personalidad, incluso triple..
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Lo cierto y verdad es que las dependencias de la cacharrería -por no llamarlo cortijo- tiemblan cada vez que aparece, lo mismo que sus habitantes.

Este orejudo paquidermo tiene un fin y se cree que este justifica todos los medios y está muy equivocado, sobre todo cuando topas con cortijeros de alto postín.

La meta de este ejemplar que habita la sabana andaluza es algo tan insignicante como un viaje a New Jersey aunque el jersey no sea nuevo y para viaje el que le pegábamos más de uno…Pero, ¿de verdad os habéis parado a imaginar cómo son los movimientos de este bicharraco en unas pequeñas dependencias dónde hay cacharros por todos lados? Yo me estoy imaginando sus torpes movimientos tirando los cazos de color bronce que hay colgados de unas arcallatas a su paso.

A él le da igual todo, lo mismo le saca brillo a los metales preciosos de la corona real que te saca los codos, que habla a espaldas de unos y otros diciendo que es íntimo de no sé quién, que saca los codos cual guardia pretoriana. Término, por otro lado, que evidentemente no sabe su proedencia ni lo hiriente del vocablo. -¡¡Qué me está costando quitarme ese sanmartin!!-

Esta no será la primera vez que aporte la solución a este problema ya que hay una opción fantástica para acabar con el hambre de protagonismo, cuando se ha comido todo, y es darle más de comer. Os lo explico, este orejudo quiere protagonismo y ser el bebé en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro, pues démosle bautizos, bodas, comuniones y algún que otro entierro. Que hace falta cargar, quien mejor con esos enormes lomos; que hay que tirar la basura, pues llamada de la selva y que acuda al rescate; que hay que ir de una punta a otra de New Jersey…no se me ocurre nadie mejor.

Y diréis:-¡¡¿y qué conseguimos con esta actitud?!!-

Más fácil aún de resolver; si acude a todos los cantos de sirena que oiga, puede que se canse y se dé cuenta de la explotación a la que es sometido, o bien, hemos encontrado un súbdito de lo más obediente. ¿No os viene a la memoria esos elegantes africanos enormes, que se arrodillan para que su amo baje sin caer? Pues eso…

Lo dicho señores, si os encontráis con este tipo de personajes huid sin reparo para que no os pise, con cualquiera de sus torpes movimientos. Y por supuesto no le deis bola o estaréis ante un caso de apropiación indebida.
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Me marcho corriendo que veo la sombra de sus enormes orejas por el final del pasillo…