Más allá de si el esférico atraviesa la sagrada línea de cal, mucho más allá de la filigrana, el regate y la cachita, del derroche, a veces baldío, de casta en la pelea. Mucho más allá, hay momentos y circunstancias que unen y que hacer reaccionar al sevillismo.
Históricamente así ha sido y así parece que seguirá siendo, por siempre, ya que este sentimiento fluye sin parangón por nuestra sangre sevillista.
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Una derrota, una simple e inesperada derrota, derrota en partido de ida de competición europea, hizo que el sevillismo se volvería a mirar a la cara y sin palabras volvió la magia. Todos unidos y proclamando, por si había dudas, el sentir sevillista, y el reafirmar nuestro juramento de fidelidad y amor eterno en blanco y rojo.
No fue un título, ni una goleada, ni siquiera una victoria, fue una derrota. Un nuevo golpe en el camino sevillista. Ya pasó con Don Ramón Sánchez-Pizjuán en la presidencia, en los noventa con el descenso administrativo y en el año de nuestro centenario.
“De finales” nos llaman algunos con inquina, será por la envidia de que nosotros las jugamos y además las ganamos. Será con la pena de ver que mientras ellos se esconden nosotros salimos con más fuerza en los peores momentos. No nos hacen falta mentiras contadas mil veces, avaladas por el resquemor de los desinformadores de turno, que pretenden ser verdad. Nosotros a lo nuestro…
Cada vez que alguien ha tratado de dañar a tu/mi/nuestro Sevilla, más fuerte nos hemos hecho. Defendemos la cacería a nuestros jugadores, los ataques institucionales y sobre todo defendemos nuestro amor al blanco y nuestra pasión por el rojo.
Una derrota, con revancha en el horizonte, y 10 minutos mágicos un domingo previo al éxtasis de la venganza. 2500 almas allí presentes, con todo perdido, ¿todo? ¡Nunca! ni el orgullo ni la casta ni el coraje, los del nunca se rinden, los de “colorao”, los que mandaban, mandan y mandarán en el Sur de España, los que dominan en la capital del mundo.
Ahora, tras una pequeña pausa de sinsabores algo extraña, volvemos a ser una piña, todos a una, todos en el césped con el equipo y el equipo con nosotros en la grada.
El #seviunismo nos dará la gloria, pero eso es lo de menos, yo hablo de otras cosas, pero entiendo que eso es muy difícil de entender para algunos. Hay que vivirlo…
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Sentimiento de un sevillista de verdad, del que ha pasado momentos muy malos y llorado por su equipo, pero que nunca se le ocurrio decir » me voy «. Asi hay que estar unidos siempre y ante toda adversidad. El derbi fue emocionante, y a la vez esperado, ya que siempre esperamos superacion de nuestro equipo. Esta noche ante «UNO DE LOS GRANDES», estaremos como siempre, unidos, animando y dando fuerza y coraje a nuestro equipo,el mejor EL SEVILLA F.C. Un abrazo