Como si de un metal se tratase; como si de una lámina que recubre un material, existe la necesidad de tener que cubrirse de un barniz mate, para evitar relucir más de lo normal.
En el mundo de los humanos se dice que para gustos los colores. Yo me atrevo a decir que también hay que tener en cuenta…
Y por qué, me preguntaréis mis audaces lectores, pues porque hay veces que no te dejan brillar para que tus reflejos no cieguen más de la cuenta, al ciego que no sabe ver. Y digo bien, sí, al ciego no tan ciego que no es que no vea, o no sepa ver la realidad; sino que no quiere porque quedaría en mal lugar y tendría, por honradez, que abandonar su atril de palabras bonitas y su escaparate de preciosas caritas.
Algo así sucede más que cotidianamente; los que saben hacer algo se encuentran en la sombra y solo relucen cuando se lo permiten las masas grises que reinan en el cielo del día a día.
La sociedad que describo es la de la mediocridad que se resiste a reconocer que han perdido y que, aunque sean las únicas que se dejan ver, para nada serán capaces de hacer desaparecer la realidad.
Día gris, masas grisáceas que reinan el cielo de la ciudad, entoldando y recreando el triste paisaje que podemos ver. El Sol, esa constante fuente de alegría, luminosidad y calor que por nada se apaga, solo se encuentra escondido ante la imposibilidad de brillar hoy.
Nunca las nubes vencerán la guerra de acaba con el señor de la luz por mucho que todas se alineen para tapar sus grandes dotes y parezca que hoy no tiene ganas de brillar.Manteau Doudoune Canada Goose
No sean ciego; no hagan como esas inútiles y borreguiles nubes y abandonen el rebaño de las palabras bonitas y escondan los caretos para que los más preparados, con toda su ilusión a cuestas, puedan brillar como se merecen.
el filosofo says
8 abril, 2014 at 10:47Siempre sale el Sol, lástima que a veces haya alguna nube que estropea la estampa… metafóricamente hablando.
ANTPSV says
12 abril, 2014 at 14:52Hay gente que tiene luz propia y brilla por su sabiduría y su forma de expresarse. Mi más sincera enhorabuena por tener el arte de la palabra.