Emotiva siempre la visita a Corbellá-Prat donde la pareja Puerta-Jarque, 16 y 21 de los equipos, son siempre recordados con muchísimo cariño.
Disponía Julen Lopetegui un once titular difícil de mejorar en La Liga, con Tecatito de lateral derecho, Augustinsson sustituyendo al lesionado Acuña y la mejor pareja de centrales, posiblemente de Europa, con Kounde y Diego Carlos. En el centro del campo prescindía de los dos jugadores con luz y apostaba por Fernando, el danés Delaney y un Jordan que nuevamente cuajó un partido lamentabilísimo. Arriba, Ocampos, Martial y Rafa Mir.
Todo parecía perfecto para asaltar los tres puntos, realizar un buen partido y seguir metiendo presión en una utópica lucha por La Liga y más cuando nos adelantábamos tras jugadón del Papu que sustituiría a Martial, que notó un pinchazo muscular a la altura de la rodilla, y que Rafa Mir, al segundo palo, a la espalda de la defensa remachaba la jugada del Papu. Uno a cero y preparados para seguir disfrutando. Espejismos.
Como casi siempre que vamos por delante, el equipo, entrenado para jugar a pasar el tiempo se vio sobrepasado en una segunda parte donde los nervios, la apatía e incluso el rival fueron superiores.
Los acontecimientos negativos fueron cayendo uno tras otro y terminamos tirando por tierra un nuevo partido.
RDT y Sergi Darder crecían hasta que el segundo consiguió anotar el empate, mientras a Kounde le mostraron roja directa al zafarse de un continuo agarrón por detrás y donde el jugador del Espanyol hace lo necesario para que sea expulsado y posteriormente, Ocampos en una falta por detrás, vio una amarilla. Ambos, vitales atrás y delante se perderán el derbi del fin de semana que viene añadiéndole más porción de derrota a este empate que nos deja en tierra de nadie, en un segundo puesto, viendo cómo el Real Madris no falla y como sus rivales por detrás, parece que siguen ganando.
Dos puntos perdidos, jugadores caídos entre las múltiples lesiones musculares del año y sanciones y un equipo que sigue sin ideas en ataque.
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