Maldito tú y maldito todos los que cambiasteis los colores más vivos por los tonos más tenebrosos.
La alegría, aún fingida, alegrando los días.
Que la primavera viene llena de colores y repleta de matices. No seas cenizo y la decolores.
Las penas, para los días de pena. No como perenne compañía, que no acompaña y da pena.
La tendencia gris de acercarse al negro, rozando el blanco por acopio. El olvido de lo intermedio, de la luz filtrada por cristales naturales.
La naturaleza es así, libre y alegre. Tú la entristeces con tu ausencia de luz.
Malditos seáis todos con vuestras escalas de grises, con vuestro color de abandono.
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