Partido de tu/mi/nuestro Sevilla FC marcado por el desorden en todos los aspectos, tanto deportivo como arbitral.
Enfrente un Valencia al que se le ha permitido con total impunidad detener el partido con faltas, desplazamientos de balones, fingimientos y un sinfín de herramientas poco deportivas.
Con un árbitro cómplice de todo esto fue transcurriendo un partido que ya iba 0-1 desde el minuto 5. En una jugada en la que Bono mide mal un centro lateral y permite el remate a placer de Cavani.
Reaccionaba el Sevilla con dos ocasiones consecutivas de Rafa Mir. La primera un remate desde fuera del área que despejaba el portero a córner y la segunda a la salida del mismo, con un cabezazo y paradón del meta rival.
La banda derecha fue protagonista, de manera negativa, en sus tres jugadores. Carmona trasmitía inseguridad y tras varias pérdidas fue sustituido en el minuto 30 por Navas, que sería responsable en el descuento propiciando el penalti. Y Montiel que parece que no quiere ser parte fundamental de este equipo.
Con un inoperante Papu y con un equipo que iba perdiendo físico a pasos agigantados, los cambios fueron dando otro aire al equipo. Rakitic, Lamela, Delaney dieron presencia al equipo y hubo minutos de dominio absoluto. Con varias ocasiones, gol anulado a Rafa Mir, remate al palo y el empate tras el enésimo córner. Balón que peina Kike Salas, que salió por el lesionado Nianzou, y Lamela de zurda empujaba a la red.
Locura total, el Sevilla volcado, el árbitro permitiendo faltas al Valencia y repartiendo tarjetas por igual. 7 minutos de descuento y con todo el estadio en el área rival, Jesús Navas mide mal, no controla, pierde el balón y en el mano a mano, el Papu hace falta al borde al área. Tarjeta roja… pero entra el VAR y ve que en la continuación de la jugada, con fuera de juego de por medio, Salas empuja y comete penalti. Se anula la roja al Papu y se expulsa al canterano por doble amarilla.
Menos mal que Bono adivina el lanzamiento y evita una derrota que hubiera sido bastante injusta.
El Sevilla sigue con los vicios heredados de la etapa anterior, control orientado hacia atrás y pase al jugador más atrasado. Movimientos horizontales y los jugadores creativos o tras la pelota o muy lejos de las zonas de peligro.
El fútbol de mentira de algunos de los importantes, como el Papu, o la falta de «experiencia» de otros, como Navas, dañan mucho al equipo.
Esperemos que los tocados se recuperen y que el ánimo no decaiga, que ahora vamos al Bernabéu y esperemos no ser el invitado en la fiesta del balón de oro.
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