Corren tiempos complicados por Nervión. Quizás desde hace más tiempo de lo que algunos se ha dado cuenta, pero los resultados son los que fueron marcando el devenir en clave sevillista. Cuando los puntos dejaron de llegar y la crispación era total, no quedaba otra que arrancar alguna hierba, aunque no se hiciera de raíz.
La situación es la que es, el rival en el mejor momento que se le recuerda en muchos años. Todo de cara, el viento le soplaa favor y los que tanto tuvieron que aguantar en las dos últimas décadas sacando ahora sus bilis a pasear.
Enfrente, el gran dominador de Andalucía, el que pasea el nombre de tu/mi/nuestra ciudad por España y por Europa. El que toca plata y el que en su peor momento un muchos años, congrega a más de 10.000 sevillistas en busca de una de las pocas entradas disponibles para el derbi. El Sevilla Fútbol Club.
Deportivamente llegamos mal, con un equipo en construcción, asimilando los nuevos conceptos de Sampaoli. Un equipo en pretemporada en plena temporada con muchos puntos en juego y demasiados perdidos ya.
Con varios jugadores importantes fuera, los centrales titulares entre otros, pero que seguro que tirará de casta y coraje como siempre lo hizo cada vez que visitó la carretera rumbo a Jerez.
Ya ganamos allí con Sampaoli, ya ganamos allí con un busto y sin sevillistas en las gradas, ya remontamos allí una eliminatoria europea que luego ganamos… y tantas y tantas veces que los de colorao silenciaron ese campo. Incluso en sus mejores épocas.
Que nadie va a venir a darnos lecciones de lo que es un derbi y de la importancia de los 3 puntos. Que durante esos 90 minutos no hay familia, ni amigos ni nada más que no sea demostrar quien manda en esta bendita ciudad, quién domina la historia futbolística sevillana y ese, solamente tiene un nombre con siete letras…SEVILLA.
Amarás siempre a tus colores…
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