Hace escasos días que la comparsa de Martínez Ares ha revelado el nombre para el concurso del Falla 2024, La oveja negra. Ya el año pasado, con La Ciudad Invisible, la clave estaba en Cádiz. Puede que este año siga siendo la ciudad el motivo intrínseco de la creación. Cádiz puede ser la oveja negra de Andalucía y también puede que el propio Ares sea de esos pocos autores que se salen del rebaño dentro del código carnavalesco.
No se me ocurre mejor ocasión que esta para rescatar una reflexión sobre La Ciudad Invisible. Como ya escribí en el artículo de La Voz de Cádiz, durante el pasado concurso refiriéndome a esta agrupación, conseguir el equilibrio entre la integración de lo tradicional, lo clásico con la vanguardia y la necesidad de crear un estilo más depurado es todo un reto en el arte. De hecho este equilibrio entre tradición y vanguardia es una de las características más significativas de aquella Generación del 27 y, en efecto, esta premisa es la que mantiene la esencia y la perfecta renovación de las obras de arte y, por supuesto, de las carnavalescas también. Siguiendo este precepto y con un estilo musical exquisito, Antonio Martínez Ares presentó una comparsa metacarnavalesca que resulta ser la tercera parte de La Chusma Selecta y Los Sumisos.
Sin embargo, a pesar del tipo, la presentación y el popurrí de la agrupación, la clave está en la batería de pasodobles. La Ciudad Invisible ha defendido letras de pasodoble muy diversas y necesarias en la actualidad. Sin duda, el primer pasodoble de preliminares dedicado a Cádiz, en el que se hace referencia al tipo, es la carta de presentación ideal para abrir cortinas y conectar con el público. No obstante, en el segundo estalla la crítica sobre el problema de la alcaldía en la ciudad. A continuación, el autor deja a un lado lo social, para cantar un pasodoble en el que comienza nombrando a Paco Alba con el fin de mostrar la decadencia que está sufriendo el concurso. De nuevo, vuelven los temas sociales, en este caso Ares se atreve con una letra que levanta polémicas, la exhumación de Queipo de Llano con un remate hacia la hermandad de la Macarena.
El pase de semifinales no se queda atrás de los anteriores. Un primer pasodoble con una crítica voraz en contra de la monarquía y una segunda letra que, con forma de cuento, emocionó al público por expresar una realidad que sigue existiendo en pleno siglo XXII, la violencia machista contra las mujeres.
El broche de oro de la final fue, en primer lugar, el pasodoble dedicado al problema de la vivienda en Cádiz y, en consecuencia, la progresiva desaparición de los gaditanos en su propia ciudad. En segundo lugar, el autor apuesta por una defensa de los ancianos, de la tercera edad, que está siendo abandonada por la sociedad.
Si la fórmula sigue siendo la misma, estaremos encantados de formar un rebaño de ovejas negras para el próximo concurso.
Francisco Gabriel jacome Jimenez says
16 octubre, 2023 at 12:50Nuevamente lo vuelves a hacer Cristina, explicar en un corto espacio de tiempo una obra tan tremenda (lo de los cuplets lo dejamos pa otra vez)
ENHORABUENA por el artículo.
Gatoperro says
16 octubre, 2023 at 16:48No tendrá algo que ver con el restaurante del paseo? ????
Gema says
16 octubre, 2023 at 17:33Magnífico artículo!!!! De nuevo explicas tanto en tan poco espacio. Es una maravilla leerte, muchas felicidades! Me encanta!!!
Miguel says
16 octubre, 2023 at 21:42Impresionante.
Mari says
16 octubre, 2023 at 23:02Una maravilla de artículo!!! Qué bien lo explicas.
Manuel says
17 octubre, 2023 at 16:43Da gusto leer tus artículos… Siempre hay cosas que aprender. Gracias por hacer grande el Carnaval!!!
Lucía says
17 octubre, 2023 at 17:45Siempre tan acertada en lo que escribes. Sigue así, Cristina!!!!
Gaditana says
17 octubre, 2023 at 17:52Me encantan tus artículos y tu manera de explicar las cosas tan bien ,yo estoy encantada de formar parte de tu rebaño.
Alonso says
17 octubre, 2023 at 21:21GENIAL!!!!!!!!!!
Salvador Galván Almenta says
18 octubre, 2023 at 14:22Leerte, se hace corto lo explicas todo muy bien aunque conciso:))