Déjense de premios que no está el horno para bollos.
Yo, que defendí la llegada de Quique, anoche no daba crédito a lo que escuchaba: “defensa de cuatro con Nianzou en derecha Piqué llevábamos que podía parar a Savinho con su potencia”.
Después de ver el partido entre charlas en WhatsApp, tuits de esos que te ayudan a seguir y escuchar a los Carapapa en el Falla, y escuchar al técnico, miedo… Tengo miedo. Y sin duda toca dar gracias por un resultado escandaloso que pudo ser aún peor, mucho más abultado si el Girona se pone en serio.
Primeros minutos serios, incluso parecíamos un equipo de fútbol y en una internada por la izquierda, centro y golazo de Isaac. El chaval tiene pólvora. Lástima que haya caído con esta banda.
Pero fueron eso, los primeros minutos, luego llegó el empate y sobre la marcha el segundo y el tercero. Menos mal que a Dovbyk paró la cuenta o la conga se bailaba en Montilivi a nuestra costa.
Analizar el encuentro es muy fácil y a la vez, casi imposible porque Quique parece seguir aferrándose al “llevo cuatro semanas aquí y no conozco al equipo”.
Volvemos a empezar por la portería donde el serbio se las come de tres en tres. Por delante, una defensa donde juega Nianzou y de lateral… ¡Qué más se puede decir!, donde Ramos está más pendiente de todo lo demás que de su propio puesto y encima con su edad… donde Badé da igual y con un Pedrosa muy honrado pero cuya mejor característica es subir la banda y no defender.
Por delante… ¡atentos al chiste! ¡¡Jordan!! Otro entrenador que cae en el error de permitirle vestirse de jugador e incluso sacarlo de titular. Y junto a él, siendo lo de menos, un Sow que parece no estar o vivir aburrido de lo que tiene alrededor…
En derecha Navas arrastrándose. Ha sido muy muy grande pero se acabó lo que se daba. Solo tiene físico para un homenaje por todo lo alto y rendirle honores. Luego Suso y Ocampos que deambulaban por donde podían y arriba, Isaac Romero.
Y aumentó la apuesta del caos: desde el banquillo: Lamela, Mariano, Mejbri y Agoumé. Y aún no entienden por qué tenemos solo 16 puntos…
Y enfrente el meneo, andando, gustándose y olés en la grada… y cayó el cuarto y cayó el quinto y pudo acabar necesitando de la otra mano para cerrar la cuenta.
Pero da igual, nada va a pasar porque ya les va bien a los que mandan mientras el sevillismo de verdad siente vergüenza de ver como se han destrozado dos décadas de gloria.
Y que nunca se nos olviden nuestras raíces, nuestra historia, aquella en la que éramos una banda pero tampoco lo logrado en estos 20 años codeándonos con los mejores equipos del mundo.
Y ahora el Atlético en el Metropolitano en Copa… ¿y si les digo que pasamos?
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