Que no, que no, que no, que Cádiz no se vende

Siempre he sido muy de coros, por eso me alegra que este año la competición vaya a estar reñida desde la primera fase del concurso –¡y eso que los puntos de preliminares no arrastran!–. Todavía queda mucho por degustar, pero qué disfrute desde el primer día.

Aunque tengo palabras bonitas para todos, permítanme que las de hoy se las dedique al Coro Libertario, quienes han conseguido que jóvenes, adultos y mayores sientan que la modalidad está viva y les representa. Que siempre he sido muy de coros, pero desde Tiempos modernos lo soy más. Y es que yo creo que si algo tienen en común Tiempos modernos, Gran Reserva, Gloria Bendita, Tierra y libertad, Al-Ándalus y El Gremio  –además de la maravillosa selección musical de los popurrís– es que hablan de quiénes somos. Por eso no entienden de edad. 

En la segunda sesión del Falla, estos trabajadores de la hostelería nos dieron a probar el guiso de Miguel Ángel García Argüez –un guiso como los de mi abuela: de los que se han cocinado canturreando lo que hiere–:

«Otro año al escenario
vuelve el Coro Libertario
con un canto proletario
para tu carnaval;
que te canta y representa,
por si no te has dado cuenta:
que este restaurante es tu ciudad».

Si me tuviera que quedar con un solo plato, me quedaría con el tango  –«más gaditano y más guapo que los luceritos cascabeleros»–, que «huele a lo que guisaron viejos maestros»; pero como, por suerte, no tenemos que elegir, os voy a hablar también del popurrí:

Conociendo al grupo y habiendo escuchado el primer tango–«De primero, mi alegría; de segundo, mis tequieros; y ya de postre mi rebeldía»–, era fácil adivinar que el postre iba a ser una protesta contra la turistificación y la pérdida de la identidad gaditana; quedaba comprobar si, un año más, el emplatado iba a ser una selección musical de dulce. Y así fue: desde Massiel hasta Manuel Carrasco, pasando por Antílopez.

El popurrí es un numerito –como el gazpachuelo de mi madre, vamos–, por eso prefiero que lo probéis ustedes. Os suelto, eso sí, cuatro ingredientes clave:

1. «Ojú, vecina / han llegado nuevos tiempos / un Cádiz nuevo nace / pero tú no cabes dentro».

2. «Que en Cádiz mu bien sabemos / lo que es la hospitalidad / pero es que me están echando los que acaban de llegar».

3. «Y no te olvides que este gremio / no está pidiendo ningún premio / solo justicia y dignidad».

4. «Que no, que no, que no / que Cádiz no se vende; / y si quieres venir, / esfuérzate y comprende / que no, que no, que no / que no somos sirvientes».

Un año más vuelve el Coro Libertario para hablar de quiénes somos y de lo que nos duele. Disfrútenlo y saquen los dientes.