Ella se encontró ante una encrucijada. Su corazón le susurraba que siguiera sus sueños, pero el miedo la paralizaba.
Aquel día prefirió escuchar a su corazón y tomar la decisión valiente de seguir sus pasiones.
Fue entonces cuando la primavera floreció dentro de ella.
Manuela Sánchez
Don Genaro, el cura, vestido con casulla de gala estaba incómodo dejando entrever una mueca de reproche. María ante el altar con su vestido blanco bordado seguía deshojando las margaritas de su ramo de novia: me quiere, no me quiere… Anselmo cansado de esperar una decisión, salió corriendo.
Arancha Naranjo
I
Pastilla roja o azul, izquierda o derecha, me quiere o no me quiere… Me quedé sin pétalos de no decidirme.
II
Margarita, margarita, tú que entiendes de corazones.
Margarita, que no atiende a razones.
Marga, que me muero por sus besos dulzones.
Mar, ¡no me digas que es un rompecorazones!
III
Margaritas vinieron, sin pétalos se fueron. Y me quedé pensando que quién quiere flores cuando en tus ojos vi la respuesta.
Rocío C Gómez
Acertar o errar. He ahí el dilema.
Ángel Salgado I
De niña, por la timidez, le preguntaba a ella en vez de a él.
Ángel Salgado II
Su fiabilidad era más que dudosa, pero si no te gustaba el resultado, podías repetir. La cuestión era coger confianza para seguir.
Ángel Salgado III
Con el tiempo como testigo,
ninguna margarita deshojé;
aquí sigues, tú conmigo,
de tu mirada me enamoré.
Ángel Salgado IV
Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere… y tú, ¿te quieres?
Ángel Salgado V
Finalmente tienes que decantarte. No siempre una margarita tomará la sabia decisión. Por tanto, será uno mismo el que triunfe de forma absoluta o caiga en el más profundo de los disparates. En ese caso, volverás a buscar las sugerencias de la cuestionada flor.
Patricia Delgado
I
Cuando llegó a la última margarita, sus ojos, sus ojeras y las marcas mostraban tan estado que más propia flor se marchitó al verlo…
II
¿A tu edad y jugando a las margaritas? Decídete chaval, arrasa, tira “palante” y cómete el mundo.
Dicen que solo hay que arrepentirse de lo que uno no hace…
III
Y la margarita decidió por ella y ambas acabaron solas, tristes y abandonadas a su suerte.
Juanma García
Trazos de sí, líneas discontinuas que no; curvas que desafían a la razón. Ni sí, ni no, ¡ahora!
Y corriendo con una sonrisa más amplia que mi papel, recorrió medio mundo buscando su sueño.
Hoy dibujo a un abuelo feliz, erosionado por los años y por las batallas perdidas. Y por las ganadas…
El Dibujante
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