Así podríamos resumir el bochorno del pasado miércoles donde en el Sevilla FC todo se hizo mal.
Es la marca de la casa en estos últimos años donde una Directiva incapaz y recaudadora, solo sabe cobrar sin ejercer en el cargo que ellos mismos se han autoimpuesto ya que el club es suyo. Suyo, o prisionero de un maldito contrato firmado por todos los grandes accionistas que nos va a llevar al averno.
El drama comenzó antes de tiempo al confirmarse que no se van a celebrar los 500 encuentros de Jesús Navas en Liga, en el césped, con una grada entregada al Duende de Los Palacios. Continuó con el paripé de partido en el que, tú puedes pensar que son muy malos, que lo son y en babuchas más aún, y donde yo puedo pensar que salieron a no competir. Llámalo X…
Pero todo el esperpento de día se remató con la derrota ante un Cádiz agónico y con la lagrimas anunciadoras de Jesús Navas al ser sustituido…
Luego, todo se ha disparado en el tiempo y ya es oficial el adiós del canterano que más gloria le ha dado al club, al que lleva el nombre del “estadio” de la Ciudad Deportiva, el único jugador de la historia que es campeón del mundo, de la Eurocopa y de la Nations League. El que ha levantado las dos últimas UEFAs, el que llegó de renacuajo y lo invitan a marcharse con 38 años cuando debería tener un contrato infinito hasta que él quiera.
Pues no, imposible. En este Sevilla todo lo es. Y además, se desmorona a pasos agigantados… y todos lo ven. Quique llega, mira, ve y ya tiene decidido que se va…
¿Os gusta la crónica del partido? No podemos hablar de fútbol porque eso no fue digno de comentar.
¿Hasta cuándo? Le responderé con una pregunta aunque no sea lo más adecuado: ¿tiene usted dinero para comprar el 51% de las acciones?
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