
ACTO CINCO
Reduce la cercanía entre ambos, atraído por sus dicciones calladas, para derramar otro gesto oscuro en la frente, mejillas y manos que le atraen y le llaman. Se detiene justo antes de que derrame lluvia ácida.
Ríe con la sed de saberle tan cerca. Está allí, agradeciéndole su existencia. Colma a sus ojos con aquella belleza, la que se alza frente a él como una aparición temblorosa. No puede evitar que sus ojos se llenen de esa luz despiadada que le identifica como una criatura de muerte perpetua. Ha encontrado la inocencia que tanto le había faltado.
Abraza a la criatura con orgullo de creador, mas con el sentimiento egoísta de que nada ni nadie le separará de él. Haría cualquier cosa por mantenerle a su lado, hasta matar. Es una criatura desviada y envuelta en oscuridad. Posó sus dedos en los labios temblorosos y los entreabrió con su caricia.
» No temas, dulce mío. Ven conmigo, encontrarás a tu amiga, si permaneces a mi lado. Lo prometo, desde el fondo de mi negro corazón. Confía en mí, representación hecha realidad. «
Alza en brazos a quién es más su presa. Y le guía al interior del castillo donde juntos compartirán más que las palabras, pues sus sueños y sus pesadillas son importantes para conocerse. Y así se lo comunica.
» Deseo que me compartas los sueños y las pesadillas que colman a tu corazón. Deseo saberlo todo de ti, hasta de donde y de qué nacen tus sonrisas y tus lágrimas. Cuéntame toda tu vida a la luz de las velas. «

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