
El Real Betis de Manuel Pellegrini cerró la primera vuelta de LaLiga con una derrota preocupante ante un Valladolid que, pese a venir de ser eliminado en Copa por un equipo de inferior categoría, fue claramente superior en intensidad, físico y propuesta. Los verdiblancos, con 25 puntos en 19 jornadas, no terminan de mostrar argumentos sólidos para aspirar a Europa, dejando muchas dudas antes de un exigente duelo copero contra el Barça este miércoles.
El Valladolid comenzó el partido imponiendo su ritmo, con más energía y agresividad en cada disputa. Desde el inicio, los locales lograron generar peligro, especialmente a través de transiciones rápidas que el Betis no supo frenar. En contraste, el equipo de Pellegrini fue plano y previsible, con un mediocampo formado por Johnny Cardoso y Altimira que no consiguió conectar con los hombres más creativos.
El Betis apenas inquietó en ataque, aunque tuvo un par de ocasiones aisladas. Una de Lo Celso, que rozó el poste, y otra de Abde, quien una vez más falló en la toma de decisiones finales. Esta falta de claridad y contundencia condenó al equipo, incapaz de responder al empuje del Valladolid.
Tras el descanso, el Betis siguió atascado. El Valladolid mantuvo la intensidad, aprovechando las imprecisiones y la lentitud en la circulación de los verdiblancos. Sin un mediocentro capaz de dar fluidez al juego de Isco y Lo Celso, llamados a ser los líderes ofensivos, quedaron desconectados, y Bakambu fue un espectador más.
El Valladolid, con un planteamiento sencillo pero efectivo, dominó el aspecto físico y táctico, superando al Betis en cada duelo individual. El gol local fue la consecuencia lógica de un partido en el que los de Pellegrini nunca dieron la sensación de poder competir de tú a tú.
Este partido deja muy tocado al Real Betis, que no solo perdió tres puntos, sino que también mostró una alarmante falta de carácter y recursos. La lentitud del mediocampo, la falta de creación en ataque y la incapacidad para responder a un equipo más intenso son señales preocupantes de cara a los próximos retos.
Con una primera vuelta cerrada con solo 25 puntos, el equipo está lejos de los puestos europeos y deberá mejorar mucho si quiere aspirar a entrar entre los siete primeros. Ahora, el desafío será recomponerse rápidamente para enfrentar al Barcelona en la Copa del Rey, un duelo que llega en el peor momento posible para los verdiblancos.

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