
Sábado once de enero, día después de un nuevo bochorno sevillista de los máximos accionistas y el presidente de la entidad. Hacemos esta salvedad por la consabida presencia en la poltrona de un señor que no tienes acciones suficientes para dirigir su comunidad de vecinos y que, tras presentar 80 millones de euros de pérdidas en un año, se sostiene en el cargo por un papel elaborado por su padre y resto de familias máximas accionistas que siguen trincando cerca de 5 millones de euros al año de beneficios de una empresa deficitaria hasta límites insospechados e inimaginables “antes de ayer”, cuando éramos un equipo modelo en lo económico, en lo deportivo y que no parábamos de levantar títulos.
Sábado once de enero y nos visitaba el colista, el Valencia CF de Peter Lim, con Mamardashvili bajo palos y con su última adquisición, el delantero Umar Sadiq en el banquillo.

Xavi García Pimienta disponía un equipo con Agoumé, Sambi Lokonga y Sow en el centro del campo con Saúl tirado a la izquierda… y una defensa con Carmona, Gudelj, Badé y Kike Salas en el lateral zurdo. Y arriba, tirado a la derecha Lukebakio y arriba el canterano Isaac Romero. En portería, Nyland. Lo entienden, ¿verdad? Puede ser la peor defensa, el peor centro del campo y la peor delantera de los últimos 25 años. Y he sido bondadoso y optimista dejándolo en posibilidad.
Así, imposible que el encuentro fuera por los derroteros que deseamos. Así, se evidencia la situación en la que se encuentra la empresa Sevilla F.C. S.A.D. Así, es imposible competir de igual a igual incluso con el colista. Y así, se demostró…
Poco podemos hablar de fútbol salvo evidenciar las carencias obvias de una malísima plantilla y las mismas de un entrenador que asume en declaraciones posteriores que esto es lo que hay, conformándose con ver que la plantilla entrena bien en la Ciudad Deportiva todas las semanas.

Destacar el debut del internacional suizo Rubén Vargas, compatriota de Djibril Sow y que esperemos rinda más que su compañero de selección. Ayer tuvo unos minutos finales y a punto estuvo de meter el gol del empate, escasos minutos antes de que Pedrosa, que salió desde el banquillo, anotara, con la inestimable ayuda del guardameta georgiano, el gol del empate, que a pesar de sumar un punto, no ayuda a crear un ambiente deportivo decente ya que así, así es imposible.

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