
El nombre de Luis Gordillo es sinónimo de vanguardia y experimentación en el arte contemporáneo español. Su trayectoria, marcada por una constante búsqueda de nuevas formas y lenguajes visuales, ha dejado una huella indeleble en la pintura abstracta y en el arte conceptual. Ahora, a sus 90 años, el artista sevillano sorprende con una incursión inesperada en la iconografía religiosa, firmando el cartel de la Hermandad de la Macarena para la Semana Santa de 2025.

Un referente del arte abstracto español
Nacido en Sevilla en 1934, Gordillo se formó en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal antes de viajar a París, donde entró en contacto con el informalismo y el arte gestual de figuras como Jean Fautrier y Jean Dubuffet. Sin embargo, pronto desarrolló un estilo propio, caracterizado por un lenguaje plástico basado en la fragmentación, la repetición de motivos y un marcado uso del color.
A lo largo de su carrera, su obra ha transitado entre la abstracción geométrica, el pop art y el expresionismo, con una fuerte influencia de la psicología y la percepción visual. Sus series pictóricas han explorado la superposición de formas y la descomposición de la imagen en múltiples capas, en un proceso que ha combinado pintura tradicional con técnicas digitales y serigrafía.
Gordillo ha sido galardonado con reconocimientos como el Premio Nacional de Artes Plásticas (1981), la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1996) y el Premio Velázquez de Artes Plásticas (2007), consolidándose como una de las figuras más influyentes del arte español del siglo XX y XXI.
El cartel de la Macarena: una obra minimalista y simbólica
La elección de Luis Gordillo para realizar el cartel de la Semana Santa 2025 de la Hermandad de la Macarena ha supuesto un giro inesperado en su carrera. Conocido por su lenguaje abstracto y vanguardista, el artista ha optado por una representación minimalista y conceptual de la Esperanza Macarena.
La obra se basa en un trazo rojo sencillo sobre fondo blanco, delineando el rostro de la Virgen de forma esquemática. Esta simplicidad aparente esconde una gran carga simbólica: el rojo, color tradicionalmente asociado a la pasión y al sacrificio, se convierte aquí en un canal de emoción y devoción, mientras que la ausencia de artificios en la composición refuerza la pureza de la imagen.
Durante la presentación del cartel en la Basílica de la Macarena, el pintor confesó que sintió una inspiración casi mística al crearlo:
“Da la impresión como si Dios te llamara y te dijera vamos allá, vamos a hacerlo. Tengo la impresión de que algo divino se apoderó de mí para hacerlo”, expresó emocionado.

Tradición y modernidad en la Semana Santa sevillana
La obra de Gordillo para la Macarena ha suscitado admiración y sorpresa a partes iguales y un aluvión de críticas. Mientras algunos fieles esperaban un cartel más figurativo, el enfoque del artista ha logrado tender un puente entre la tradición y la modernidad, demostrando que el arte contemporáneo también tiene cabida en una de las celebraciones más arraigadas de Sevilla.
Con este trabajo, Luis Gordillo no solo reafirma su vigencia creativa, sino que también inscribe su nombre en la historia de la Semana Santa sevillana, ofreciendo una reinterpretación única de una de sus devociones más icónicas.

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