
El Ramón Sánchez-Pizjuán fue escenario de un choque cargado de emociones donde el Sevilla FC y el RCD Mallorca empataron 1-1 en un partido que se definió en los últimos instantes. Un encuentro que, aunque no destacó por el brillo futbolístico, sí ofreció intensidad, esfuerzo y un desenlace que dejó a ambos equipos con sensaciones agridulces.
Gol al filo del descanso y dominio sevillista
Desde el pitido inicial, el Sevilla mostró su intención de dominar el partido. Con un juego ofensivo y posesiones largas, los de Xavi García Pimienta buscaron constantemente los espacios en una defensa mallorquinista bien plantada. La presión de los locales fue constante, y aunque las ocasiones claras tardaron en llegar, el premio no se hizo esperar demasiado.

En el tiempo añadido de la primera mitad, un saque de esquina mal despejado cayó en los pies de Kike Salas, quien, con gran intuición y sangre fría, envió el balón al fondo de la red para poner el 1-0. Un tanto que encendió a la grada y parecía marcar el rumbo de la noche.

El Mallorca resiste y golpea en el último suspiro
La segunda parte comenzó con un Sevilla FC dispuesto a ampliar la ventaja, pero el Mallorca ajustó sus líneas y empezó a incomodar a los locales. Las modificaciones tácticas de Javier Aguirre, especialmente con la entrada de Robert Navarro, le dieron más dinamismo al equipo balear, que comenzó a acercarse con peligro al área rival.
El Sevilla, por su parte, se replegó en los minutos finales para defender el resultado, pero un error inesperado cambió el guion. En el minuto 91, un centro aparentemente inofensivo terminó siendo mal despejado por el guardameta Orjan Nyland, dejando el balón servido para que el defensor Martin Valjent empatara el partido con un certero remate. Un gol histórico para el central eslovaco, que estrenó su cuenta goleadora en LaLiga en un momento decisivo.
Un punto que deja sabor a poco
El empate supone un golpe para el Sevilla, que tenía el partido prácticamente en el bolsillo y dejó escapar dos puntos vitales encarar la recta final de La Liga con la tranquilidad de dejar de mirar hacia los equipos de la zona baja. La falta de contundencia defensiva en los últimos minutos y las escasas soluciones aportadas desde el banquillo volvieron a ser un lastre para los hispalenses, que se mantienen en la zona media de la tabla y ven alejarse la remota posibilidad de acercarse a los puestos europeos.

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