El año 1875, la hermandad del Gran Poder sacó sus pasos con ruedas para intentar sustituir a los costaleros, pero fue un autentico fracaso el intento.
La hechura del Cristo de la Sagrada Lanzada, fue la primera obra del escultor Antonio Illanes Rodríguez, que procesionó en la Semana Santa sevillana.
En la madrugada del domingo 27 de enero de 1946, el templo de San Roque fue profanado sacrílegamente, y entre otros valiosos objetos, desapareció la corona de la Virgen de Gracia y Esperanza, por lo que ese año no lució corona alguna sobre sus sienes, a pesar de los muchos ofrecimientos que recibió la hermandad.
El ruán, tela de algodón con cierto apresto y brillo empleada en la confección de túnicas de color negro, toma su nombre de la ciudad francesa famosa por la calidad de este tejido.
Efectuando un entrenamiento con la parihuela de ensayos, los hermanos costaleros de la hermandad de la Resurrección en la noche del 16 de marzo de 1983, a la altura de la calle Macarena con Aniceto Sáenz, se produjo un accidente con un coche que aunque avisado, no frenó y se estrelló contra el paso, quedando éste completamente destrozado y heridos varios componentes de la cuadrilla, que tuvieron que pasar al Hospital Universitario.
La primera estación penitencial que realizó la hermandad del Rocío, fue el Lunes Santo de 1959, llevando en aquella histórica salida, los candelabros que iluminan las andas de hierro forjado, fueron cedidos para la ocasión por la hermandad de la Divina Pastora de Triana.
En uno de los candelabros de cola del palio de la Virgen de la Aurora hay posada una libélula, apenas perceptibles.
Chivato es el nombre que popularmente se daba a los encargados de controlar el orden de las cofradías en sus salidas procesionales, elaborando un informe que se enviaba a la Comisión de Cofradía y puntuando a cada hermandad, para el posterior reparto de la subvención entre las mismas.
Antonio Castillo Lastrucci, cobró tres mil pesetas por la talla de la Virgen del Dulce Nombre, para cuya hechura siguió el modelo de la joven sevillana de 23 años, María Cos García, Hembra de gran belleza que conoció el artista en la Academia de Bailes y Danzas del Maestro Otero y que pasada la Semana Santa, volvió al taller donde el escultor tuvo que cambiar sus ojos y remodelar la mascarilla, por orden de la hermandad.
El Santo Entierro saca en su estación de penitencia, doce bocinas en recuerdo del mismo número de Apóstoles.
Las bocinas de la hermandad de la Esperanza de Triana, recuerdan con su hechura a las trompetas medievales.
Los cuatro faroles de entrevarales del palio de la Virgen de los Dolores de la hermandad de las Penas de San Vicente, obra de Manuel Ríos Navarro, los estrenó el Lunes Santo del 2000, y que su estilo recuerda a los relicarios que el platero Francisco de Alfaro, labró para la Catedral de Sevilla en el siglo XVl.
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