La otra mañana me monté en el autobús para ir al centro, tenía que resolver algunos asuntillos.
Suelo montarme en la parada que hay frente a un costado del hotel Macarena, por ser la más cercana a mi domicilio. Pues en la siguiente parada que es la que está casi enfrente al convento de los Capuchinos, se subió un señor ciego y un precioso perro color canela y bastante grandote.
-¡Todo lo que tiene de grande, lo tiene de maravilloso este animal!- Pensé.
Desde la posición que yo tenía en el autobús pude ver perfectamente el trabajo tan perfecto que realizó este bendito animal.
Cómo se puso delante del pobre ciego para que no se moviera hasta que el autobús no estuvo totalmente parado. Cómo con su cuerpo le fue indicando la distancia que había entre los escalones de subida, cómo se paró en el sitio justo, para que pudiera picar y cómo lo fue llevando hasta los asientos reservados para las personas con discapacidad.
Precisamente estaban todos los asientos ocupados y cómo el animal se pegó a una de las personas que estaban sentada -¡Que estaba ocupando un asiento que no le correspondía por no estar discapacitada!, precisamente. Se pegó a élla y con sus gestos y roces -¡Parece mentira a lo que pueden llegar estos animales!- Le indicaba que se tenía que quitar. [Read more…] about Sólo les falta hablar