Tengo 57 años y soy nacido en Sevilla, concretamente en el barrio de Triana.
Por mi edad, no debo de asustarme prácticamente de casi nada de lo que pueda pasar, acostumbrado desde niño a ver a los mendigos rebuscando en los pocos sitios donde hubiese alguna basura, porque aunque hemos adelantado mucho, afortunadamente, resulta que cuando yo era un chaval existía el clásico “basurero”, que subía casa por casa recogiendo la basura que cada vecino tuviera , y luego la depositaba en un carro que llevaba, tirado por un mulo, aunque resultaba poco higiénico y muy mal visto, teníamos la suerte de que los mendigos no podían hacer lo que tan de moda está ahora, rebuscar en los contenedores de la basura y sacar todo lo que les da la gana y el resto de lo que no les interesa dejarlo tirado en el suelo sin importarles un carajo.
Hasta para eso los “nativos mendigos sevillanos”, tenían más clase que estos señores venidos del Este y que además hasta eran un poco más limpios y ordenados.
Pero todo esto es algo a lo que desgraciadamente nos estamos acostumbrando, gracias a la poca presencia policial que tenemos en nuestras calles y que además en caso de que por desgracia les tocara presenciar algunos de estos actos, lo único que les preocupa es de intentar no pisar la basura para evitar mancharse y de ignorar lo ocurrido, haciendo como de costumbre la vista gorda.
Pero mi denuncia a quien proceda es referente a un hecho ocurrido en la mañana del día 14 de junio, justo en la esquina de la calle Francisco Sánchez de Tovar con la calle Froilán de la Serna, a la altura del número 12.
Resulta que en la misma esquina antes anunciada, existe una maravillosa tienda de suministros de todo lo referente a la ropa y complementos de los famosos “moteros” y de todo aquel que le guste el sano y bonito deporte de la moto.
Pues bien, resulta que llegó un “señor” montado en una ambulancia y por su cara bonita, paró el vehículo, se bajó y dejó la ambulancia en medio de la calle Francisco Sánchez de Tovar, justo en la esquina con Froilán de la Serna. Dejó el vehículo con los intermitentes de emergencia puestos como si fuese a recoger algún enfermo y se marchó el “Caradura” hacia la tienda anteriormente nombrada -¡él enfermo no existía!- lo que le interesaba al buen señor era información sobre los precios de algunos cascos.
Tardó aproximadamente unos quince minutos en salir ocasionando el correspondiente atasco, donde los coches parados llegaban a la otra esquina de la calle Froilán de la Serna, justo con el Hotel Macarena.
Pues bien una vez que salió el muchacho y como los ruidos de los claxon eran cada vez mayor lo único que le importó, fue encararse con el conductor que estaba justamente detrás de la ambulancia, el cual aguantó el chaparrón del “chulo” sin responderle nada
¿Cómo es posible que en el tiempo que estuvo este caradura entorpeciendo el trafico, no pasara ningún patrullero de la local, que hubiese evitado el atasco ocasionado?
¿Y si es correcto que mientras que hay enfermos en los hospitales esperando a veces hasta 4 horas que esté libre una ambulancia para poder desplazarse a su casa, estén estos sacrificados trabajadores, perdiendo el tiempo tan miserablemente , sin importarles para nada su trabajo?
Señor Alcalde de Sevilla, le queda mucho trabajo por hacer, si quiere conseguir que todo su trabajo no lo tiren por la borda, algún “animalillo” de esta especie, que esperemos no sea contagioso.
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