En este país pasan cosas incongruentes.
Resulta que según la Dirección General de Tráfico, tenemos la obligación de ponernos el cinturón cada vez que vayamos a circular con nuestros coches.
Si por manos del “demonio”, te montas en el coche y por un momento se te escapa el ponértelo ¡Ten mucho cuidado con los “guindillas”! Porqué están al acecho y como te cojan, ”multita al canto”.
Me parece correctísimo que los “guindillas” estén atentos a estas cosas, así como deberían de estarlos de otras muchas cosas, que se les “pasan por alto”.
Pero si tanto énfasis pusieron para que saliera la ley de “obligatorio ponerse el cinturón” ¿Porqué permiten que en los autobuses no se los pongan los pasajeros?
¡Solo tenemos que observar las líneas de “Tussam”!
Pero voy un poco más lejos. Diariamente cojo en la parada que hay en la calle San Juan de Ribera, delante de la misma puerta del Hotel Macarena, el autobús que va para Alcalá del Río, aunque mi destino real es el de San José de la Rinconada, pero al coincidir mi llegada a la parada con dicho autobús, es el que normalmente cojo.
En dicho autobús, nos montamos como un 4OO% más de viajeros, de los que por ley deberían llevar.
¡Vamos como verdaderos cochinos, todos apretujados, el aliento de otros te lo vas tragando, la peste a “cebollas” que algunos llevan encima y que cada vez que se mueven, es como si una tempestad de “mierda”, se te incrustase por todo el cuerpo, los aprovechados de turnos, que intentan “rabearte”, sin poder acusarlos directamente , por culpa de lo apretados que vamos.
En fin, todo un mundo de cosas, que pasan en un trayecto de una media hora más o menos, en las que nuestros cuerpos van expuestos a cualquier accidente, amén de coger cualquier infección.
¡Yo pregunto al responsable de la Dirección General de Tráfico!
¿Cómo permiten Ustedes, que un autobús que sale a carretera vayan sus pasajeros sin cinturón de seguridad?
¿Cómo permiten Ustedes, que si la cantidad de pasajeros de un autobús es limitada, puedan montarse tantísimas criaturas y todas ellas de pies.
¿Es que para estas empresas de transporte, no existe dicha ley?
¿Es que para estos autobuses no existe el riesgo de accidente, con la correspondiente tragedia que puede originar?
¿Es que no interesa molestar a estas empresas, “por algún motivo especial”?
¿De qué “coño van” los dirigentes de la Dirección General de Tráfico?
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