Siempre he dicho que soy más de hechos que de palabras, y mira que hablo…
Las palabras son dichas y por ello no poseen obligación de ser sentidas pero los hechos, por lo general, conllevan un esfuerzo y eso entiendo que es lo que hay que valorar.
¿A qué viene este inicio? No lo tengo claro…
Todo surge a partir de un instante aleatorio en el que la llamada del amor, la pasión, ese fuego que a veces nos quema y nos lleva a hacer actos increíbles que tal vez, en un estado cuerdo de coherencia absoluta, no llevaríamos a cabo.
Tan simple como tener una nueva oportunidad, disfrutar de tu compañía de ti y de mí, en nuestra soledad no tan solitaria en muchos casos.
¿Qué me llevó a a abrazarte nuevamente? No te lo vas a creer: un boceto. Un simple boceto que sirvió de explicación de una historia sin historia. ¡Un boceto!
Pues sí, abrazos y trazos que se unieron en el más profundo amor que sirvió para escribir unos versos cuidados en rima, cuidados en métrica aunque sin mucho más… lo suficiente para abrazarte, mi querida escritura.
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