Hoy te he sentido como hacía tiempo que no…
Ha pasado demasiado desde la última vez y hoy, la paz, el sosiego y las ganas de ti se han aglomerado en mí y ha sido maravilloso.
Recuerdos de infancia, de un enano envuelto que no quería escapar de tus garras. Recuerdos de un quiero y no puedo que a ratos se hacían tan real que él no poder era la fuerza que dominaba el mundo.
Hoy te he vuelto a sentir, atrapado en ti, aferrándome a ti, sin miedos, sin pesadillas, simplemente por el hecho de sentirme en mí y yo en ti.
Escribo aún bajo tus efectos, con la mente aún en ese instante de placer eterno donde todo debería detenerse, al menos ese “un ratito más”.
No hizo falta nada más. Mi cuerpo lo sabía y no erró. No cabían errores…
Hoy he sentido tras mucho tiempo las ganas de arañarte, de arañar parte de ti para volver a la eternidad unos cuantos minutos.
Qué bien se está en la cama a ciertas horas y qué bien sienta el despertar, así, “tapaíto” y saber que aún te queda ese último ratito de calor, sosiego, paz y colchita y sabanita por encima.
Buenos días, salió el Sol. A por todas!!
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