Gracias Pepe,
gracias por continuar, dejándote llevar por el camino marcado por tu predecesor, por la senda del triunfo.
Gracias por haber heredado un club ganador y por haber aguantado el tipo, sin aparentar ser lo que eres, pero trayendo plata de nuevo al club.
Gracias Pepe, pero déjalo ya. Que las tres Europa League no nublen la pésima gestión deportiva actual y sobre todo institucional. Que los grandes ridículos en las noches europeas también fueron contigo y la crisis social la has trasladado al Sánchez-Pizjuán.
Gracias Pepe, pero vete ya. Échate a un lado, olvídate un poco de los dividendos y vuelve a ponerte al servicio del club. Que nunca debió ser tu negocio ni el de tantos otros. Y olvídate de la bandera de la ciudad deportiva.
Gracias Pepe por todo, pero es el momento. Que no estás para seguir corriendo escaleras hacia arriba en el palco al acabar los partidos…
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