• El “Antionio” de mi vida. Homenaje a Antonio Gala
Llegué a Kundera de la manera más tonta, a través de una suscripción que me obligaba a coger un libro cada 2 meses.
Si tú no elegías, te endosaban la recomendación del bimestre.
Me preguntaron por el pedido, no me había mirado el catálogo y… llegó él.
Un príncipe encantado con apariencia de Bestia.
Sonrío al pensarlo, como se sonríe cuando evocas el momento en el que no reconociste al amor de tu vida.
Yo, lo reconozco, para los libros soy reiteradamente infiel.
Pero Milan, me encandiló y me captó con su «insoportable….»
¡Lo sé, lo sé, lo sé! ¡Nadie dijo que los verdaderos amores fueran fáciles!
Él mismo llegó a su propia genialidad como escritor, tras mucho batallar con otras bellas artes y a una edad ya madura.
Es un autor que refleja en cada texto, su intensa vida interior.
Musicólogo, compositor, literato, esteta, hacedor de cine, perfeccionista,…
Inconstante, díscolo y ser adaptativo.
Su vida fluctuó desde la enseñanza a las actuaciones como pianista, instrumento del que era un gran ejecutor.
Perfeccionista…
Fue comunista, dejó de serlo, volvió a serlo y dejó de serlo nuevamente,….
Perfeccionista…
En el 75 emigró a Francia y desde el 93/94 sólo escribió en francés.
«Qui ne fait que suivre son chemin, n’est jamais perdu…» («Quien solo sigue su camino, nunca se pierde…»)
Es una frase mía que lo define al milímetro.
Si Kundera fuera una canción, sería «vois sur ton chemin«, de Coulais.
Si fuera un cuadro, sería Der Kuss, de Klimt.
Al menos, para mí.
Si no lo habéis leído nunca, yo empezaría por «El libro de la risa y el olvido».
Sus obras son muy Nietzsche, filosóficamente, pero muy Cervantes en la ironía y la simple observación de lo burdamente burlesco. Eso sí, no os obligueis.
Cada libro tiene su ritmo para entrar en vuestra vida y Kundera necesita su maduración y encarnadura.
Pero como ese vestido verde que al principio no encaja con ninguna ocasión, terminará siendo un todo. Y querrás «ponértelo» hasta de camisón.
Creedme, Kundera es un autor de «mesita de noche», de noches en blanco pensando: «la última página y lo dejo….»
Pero no lo dejas, ni él te deja a ti.
Kundera se me ha ido con Gala.
Y allí, en el cielo de los literatos que se atreven con todo (novela, teatro, poesía,…), se convertirán en musos para otras y otros escritores en ciernes.
Te leemos, Kundera.
Insoportable y levemente.
P.D.: Me estáis dejando solita. Y eso no es justo.
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