
Tenía un ratito y volví a subir al desván de la abuela.
Cogí una caja metálica que tenía fotos y recortes y me dirigí a la planta baja.
Poca luz, escalones rotos y escalera empinada…¿Qué podía fallar?
La caja decidió bajar sola y terminó en el rellano totalmente «abollá».
Yo bajé luego, etérea cómo una dama.
La Renacida
Una caja llena de sueños…hecho añicos.
Ángel Salgado I
Con solo una mirada, entendió que ya no quedaba nada. Que el daño por fuera era insignificante comparado con el destrozo interior que llevaba.
Ángel Salgado II
Tras un largo periodo de espera, repleto de ilusiones, sonó el timbre de su casa. Tal y como vio al repartidor con la caja en las manos, pensó: «mejor hago ya la devolución».
Ángel Salgado III
Que tuvo un mal día, estaba claro.
Pero nadie le preguntó.
Llegó como siempre, algo más raro.
Ni un chiste corto contó.
Comenzaba su jornada de reparto
y, llegando al destino, se enfadó.
No había hueco y, sin reparo,
desde el coche la caja lanzó.
(No fue su culpa)
Ángel Salgado IV
En la ceremonia de entrega del Nobel, el nonagenario escritor recordó que su juguete preferido fue una caja abollá que recibió al cumplir los cinco años. Sostenía que esa caja vacía de cartón había avivado su imaginación al llenarla de historias que escribiría más tarde. La magia de lo inútil.
Calila
I
La caja parecía dolorida, herida, como si hubiera viajado en tormentas secretas antes de tocar suelo en casa.
II
Allí estaba, torcida y cansada, como un corazón que ha sobrevivido al viaje. Aun así, guardaba dentro la esperanza intacta.
III
Cuando llega, trae consigo un secreto,
Amor oculto en pliegues de cartón,
Jornadas enteras viajando por el mundo,
Alberga sueños en su interior silencioso.
Anita
Todo iba bien hasta que mi fatídico tropiezo enturbió la más romántica de las veladas. Me impliqué de forma minuciosa en todo un despropósito, envolver el regalo. Finalmente era una triste caja abollá…
Patricia Delgado
I
Y tú llegas abollá, pareces un poco cansada,
Centenares de kilómetros junto al repartidor,
Jamás serás embalaje de un regalo elegante,
Ahora eres un meme en la puerta de mi salón.
II
Así me quedan a mí los envoltorios de mis regalos cuando estoy inspirado.
Juanma García
I
La caja llegó abollada, como metáfora de un sistema logístico que promete eficacia pero entrega descuido. Otro símbolo más de cómo se venden garantías vacías.
II
El cartón vencido habla de prisas, de falta de cuidado y de un consumo donde lo importante no es el contenido, sino la velocidad del envío.
Nemesio Laverde
Pobre cajita deformada. ¿Quién te hizo eso? ¿Será que siempre fuiste así? Puede ser que tengas una abolladura, pero ahora eres la “abollá” eres única y especial pues no habrá caja que te supere ni te iguale. Solo tú única y perfectamente imperfecta.
Espectro Errante
I
Está cansada de tanta mudanza.
Pronto, solo un viaje más.
La jubilación la espera sentada, paciente,
Ya no le importa lo que haya más allá.
Hasta aquí llega su dura andanza.
II
Miles de recuerdos con centenares de enseñanzas. Una caja de Pandora vital que de pronto se vio abierta dejando sus secretos a la luz. Nadie sabía que el más preciado estaba reunido entorno a ella.
III
Signos de dura peregrinación con una misión que cumplir: Entregar el contenido a salvo del camino ruin.
Rocío C. Gómez