Tengo tanto dolor por tu ausencia que no sé ni por donde empezar…
Este tipo de homenajes, yo siempre he dicho que hay que hacerlos en vida para poder disfrutarlos, con el ser querido presente, para que mi gozo sea compartido. Esta vez actúo en contra de mi parecer porque es tanta la pena y la angustia que siento que no me quedaba otra que escribirte estas humildes palabras de un guerrero agradecido que quizás, cuando está contigo no te demuestra todo lo que te lo mereces.
Son muchos días a tu lado compartiendo viviencias, aventuras y alguna que otra historia digna de mención. Aunque claro, no voy a ponerme aquí a sacar nuestros trapos atoledo sucios, ¿no te parece?
Qué razón llevan los viejos del lugar cuando dicen que los años no pasan en balde…cierto es que cada vez que te has puesto malito, mi malestar se multiplica. Si tú estás bien, yo mejor o peor, pero tengo fuerzas para ir a los sitios. Como dice el título del post y de la canción, sin ti no soy nada.
Estas dos semanas han sido interminables, y aún dura mi dolor. No dejo de pensar en ti y en cómo estarás. ¿Se pondrá bueno?¿volveré a sentirte cerca? Preguntas que rondan mi cabeza a cada instante.
Nuevamente voy a hacer algo que no suelo, y que va en contra de mis ideales pero te prometo, que si sales de esta en buenas condiciones, lo primero que haremos será llevarte a un salón de belleza para que te den esos toques coquetos que tan bien te sientan y que tantas veces te he negado por cuestiones de pereza.
Si vuelves a mi vida en buenas condiciones, volveremos a ser inseparables; esa pareja perfecta que no se rompe por mucho que yo a veces, te abandone en cualquier sitio, pensando que estarás bien.
Cuando vuelvas -porque debes de volver, porque aún te quedan muchos kilómetros que hacer-, mi cara dibujará una sonrisa tan grande como aquél día en medio de la nada cuando te sentí por primera vez.
Ni te imaginas lo que te echo de menos, querido coche…
Ya queda menos… jeje!