Nadie olvidará nunca a Antonio, y si alguien lo hace, allá él. Pero algo tengo muy claro; su memoria, Aitor, no se merecen un estadio vacío, un rival insignificante y un equipo ni a medio gas.
Con todo esto, la noche se presentaba fresquita, el ambiente en los aledaños era muy triste. Lo único, que Antonio siempre estaba ahí.
Trofeo de Antonio y de rival un Almería ramplón, triste, con muchos suplentes… Por parte de los nuestros Julián en la portería y diez jugadores más en el que se ha hecho un popurrí de jugadores de la primera plantilla y del filial, con Rusescu en punta.
Partido insulso, ni siquiera malo, en el que nada hubo reseñable salvo el saque de honor de un rubito que apunta maneras, el Trofeo que se queda en casa, tras el empate a uno y una tanda de penaltis y que lo vivimos en familia con un grupo de amigos, como muestra la imagen…
Y como en todo esto siempre hay un algo diferenciador, decir que lo de los Biris empieza a rozar
el ridículo; ahora ya no pitan a Perotti, no, ahora se dedican a incordiarlo para que falle el penalti que lanzó. O sea, han pasado de ser los grandes defensores del Sevilla FC –o al menos, de eso van ellos- a ser los culpables de que un futbolista de los nuestros falle. En fin, cada día soy menos simpatizante de estos señores tan ombliguistas que se olvidan de lo más importante, para mirar por sus propias batallas absurdas.
Ahora sí que los metía yo en la jaula de Del Nido, pero amordazados. Prefiero un campo-teatro a un campo de minas…
El Guerrero
@juanma_gv