Entre giros y más giros, el Filósofo deja brillante su ropa, y se le va la olla un rato divagando mientras observa como el tambor de la lavadora no para de generar aceleraciones tangenciales y normales al eje que lo hace girar.
Leer y adentrarte en ese mundo me ha hecho reflexionar sobre las vueltas de la vida y como hay veces que las aceleraciones son tan bruscas que provocan grandes desplazamientos mentales y otras nos dejan parados…como dos dice el de las alitas.
Pues así estamos ahora mismo, mareados de tanto darle vueltas al coco sin necesidad de eje, pensando qué hacer con nuestro futuro mientras vivimos casinos online el día a día con intensidad constante.
Problema de física dinámica el que nos encontramos ya que el móvil recibe pocas fuerzas externas que lo ayuden a moverse, y mucho menos, hacer girar la situación actual. Y como dato: las vueltas al coco se mantienen constantes en todo el problema, sea cual sea la situación.
Tanto girar marea…pues sí, y te marea el pensar, te marea el rebuscar, te marea hasta la espada y la pared en la que te encuentras.
Si fuéramos magos con una varita a mano, colocaríamos una coma al título y diríamos: Tanto girar, marea y todos nuestros pensamientos los convertiríamos en una fuerte ola que se llevaría todos los giros mentales y todo el proceso de «comedura de coco» con algun alga mezclada, y nos dejaría un mar en calma, con velocidad de crucero y hasta la lavadora del Filósofo giraría de forma más dulce…
Marear, marea…por eso no giren la cabeza para atrás y miremos al futuro, en busca de nuestro destino, marcando una trayectoria recta que siempre es la más corta hacia nuestro objetivo.
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