Entraste en nuestras vidas con más ganas de las que recuerdo con ningún otro de los tuyos. Teníamos la necesidad de tu llegada, ansiosos de ese cambio de hoja. Simplemente porque queríamos que todo volviera a ser como antes.
Llegaste con muchas esperanzas puestas en ti. Sobre todo porque tu predecesor se pasó de la raya. No sé qué le hicimos, pero fue demasiado malaje con todos nosotros.
Nos privaron, en tu presencia, de nuestras libertades, al servicio de los demás. Aunque los demás se saltaran las nuestras, escudándose en la bandera, dejando a un lado el mensaje y sobretodo los hechos.
Hicimos cosas que nunca habríamos pensado hacer y que nunca más nos gustaría repetir, o por lo menos por obligación.
Dejamos al lado todo lo que somos, todo lo que éramos. Dejamos de vivir para sobrevivir a tu paso. Pero contigo empezó la esperanza del fin y el principio.
Te vas, esperando que el próximo acabe con todo esto que en ti debía haber terminado. Te vas, esperando que no seas solo una nueva página arrancada más.
Te vas, con el único deseo de que volvamos a ser lo que fuimos.
Hasta siempre querido compañero, hasta siempre porque pese a todo, eres lo que hemos vivido.
Deja una respuesta